En los últimos días he señalado reiteradamente el comportamiento anómalo de los mercados, que habían transcurrido de forma lateral y con una volatilidad intradía muy por debajo de la norma, las sesiones del 26 de abril al pasado lunes.
Es bastante raro que suceda en el apogeo de un mitin, como el que presenciamos del 25 de marzo al 16 de abril.
Cuando los repuntes llegan a su fin, suelen ir seguidos de una corrección que deja una herida bastante notable en un gráfico de índices bursátiles.
En cambio, esta vez, si miramos la principal baliza de acciones globales, el índice SP500 de EE. UU., la caída correctiva desde el máximo histórico del 16 de abril (4.191) fue de solo 73 puntos (menos del 2%), implementada en los dos próximos sesiones. A partir del mínimo de 4.118 del pasado 20 de abril se inició una fase lateral bastante aburrida, incluida sustancialmente entre esos dos niveles que acabamos de señalar. Ha durado 10 sesiones, en las que el índice cerró solo una sesión claramente por encima de 4.191, la del 29 de abril. Una evidente incapacidad para escalar. Pero también para bajar, dado que el valor mínimo registrado en las sesiones del 26 de abril y el 3 de mayo fue de 4.175, es decir, solo 16 puntos por debajo de 4.191.
Tal manifestación de hambre direccional no puede durar mucho. El hecho de que duró 6 sesiones ya era un resultado excepcional. Por tanto, tenía que pasar algo que diera una descarga de adrenalina capaz de despertar a los operadores que, viendo la evolución de los precios, tenían durante días la sensación de observar un electroencefalograma plano.
Dado que el estancamiento direccional se produjo en la zona de máximos históricos, ayer planteé la hipótesis de que la sacudida podría llegar al alza. El razonamiento se basó en dos razones:
1) El ataque bajista tardó seis sesiones en manifestarse, y no fue así.
2) En un mercado alcista, siempre es más probable que las incertidumbres se resuelvan a favor de los alcistas que al revés.
En cambio, ayer llegó el ataque de los osos. Frío, y sin la más mínima noticia que lo justifique.
A las 13.39, cuando en EE. UU. todavía es muy temprano y faltan casi dos horas para la apertura oficial de Wall Street y en Europa los escritorios están vacíos para la pausa del almuerzo, cayó una avalancha de ventas de futuros sobre SP500, que rompió el soporte que había estancado el mercado durante 6 sesiones. El rayo de la nada también ha sembrado el pánico en Europa, con todos los índices acumulando caídas cada vez más notorias. Ni siquiera la apertura de Wall Street, obviamente en el gap bajista, logró frenar el sangrado, que continuó prácticamente hasta el cierre de los mercados europeos.
El boletín de guerra reportó a las 17.30 horas el índice Eurostoxx50 en fuerte retroceso del -1,87% y caídas variadas entre el resto de índices europeos, oscilando entre el -0,6% del mejor del día (digamos menos peor), el Ibex español y el -2,38% de los peores, el Dax alemán, pasando por el -1,76% del FtseMib italiano.
Aquellos que se quejaron del aburrimiento de las 6 sesiones anteriores fueron así atendidos.
En ese momento, el SP500 también perdía alrededor de un -1,3% y el Nasdaq100 capitulaba con un -2,4%.
Señalo que la sesión mínima del SP500, alcanzada en esos minutos, fue de 4.128, solo 10 puntos de los 4.118 del 20 de abril.
Curiosamente, en unas horas el mercado hizo esa corrección flash que no pudo hacer en las 6 sesiones anteriores. Y sin la pizca de una noticia que pueda dar razones, a menos que fantasees con que fueron los ex cónyuges Gates quienes hicieron algo de dinero para repartir la colosal fortuna tras el sorprendente divorcio.
En serio, quizás sea más realista suponer que alguien estaba al tanto de un discurso del secretario del Tesoro, Yellen, que se grabó con anticipación y se proyectó en un evento virtual después de las 5 pm, cuando el mercado ya había bajado. Yellen dijo que es posible que las tarifas tengan que subir un poco para hacer frente al sobrecalentamiento de los precios causado por el fuerte gasto público que realizará el gobierno de Biden.
Sea como fuere, la sesión solo había terminado en Europa. En Estados Unidos, la segunda mitad de una película que ya hemos visto muchas veces todavía tenía que salir al escenario. La venta de pánico, de repente, pocos minutos después del cierre europeo, dio paso a la recuperación, que tomó forma de manera bastante convincente. Al final de la sesión, el SP500 recuperó más de la mitad de la pérdida que mostraba a las 17.30 horas y cerró con una caída decididamente más digerible: -0,69%.
Sobre todo, mostró una vela diaria (martillo), lo que podría generar la continuación de la recuperación hoy y quizás cerrar el gap abierto ayer.
Si el soporte al que se acercó ayer no se rompe con nuevas andanadas bajistas, también podremos recordar lo que sucedió ayer como un colapso nervioso fugaz, que limpió el mercado y lo preparó para reanudar el camino alcista. Pero la recuperación debe continuar hoy de manera bastante impulsiva. De lo contrario, la fragilidad mostrada ayer podría causar otros daños.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
Los análisis han demostrado que esperamos más volatilidad en los mercados durante el mes de mayo, y por lo tanto, grandes oportunidades. Durante una hora tendremos el honor de contar con uno de los traders más reconocidos en Europa, Daniel Lavecchia, quien nos explicará como detectar las próximas oportunidades para captar grandes movimientos en los mercados. Un encuentro del más alto nivel que no te querrás perder. ¡Únete a este webinar especial que hemos preparado! INSCRÍBETE