La sesión de ayer se presentó muy interesante, porque los mercados estaban llamados a elegir entre prolongar la subida, desmintiendo las perplejidades del martes, o iniciar una fase correctiva, intensificando la toma de beneficios.
Digamos enseguida que los distintos índices bursátiles llegaron a la cita en un orden muy disperso.
Por un lado, una pareja presa de una euforia en toda regla y prolongada: el índice estadounidense Nasdaq100, electrificado por las perspectivas milagrosas de la Inteligencia Artificial, tema de todas las discusiones en bares y salones; el índice Nikkei japonés, impulsado por la sorprendente confirmación de la política monetaria súper acomodaticia por parte del nuevo presidente del Banco de Japón Ueda.
El Nikkei inició la sesión de ayer con una situación de exceso (sobrecompra) alcista que se prolongaba durante prácticamente 17 sesiones. El tecnológico Nasdaq100 varias horas después abrió su jornada con un exceso alcista acumulado de 7 sesiones.
Menos eufórico, pero todavía en los máximos de los últimos 9 meses, estaba el índice SP500. Todos los índices europeos ya luchaban con correcciones más o menos prolongadas y evidentes.
La primera elección en orden cronológico la hizo el índice japonés, que abrió al alza y mejoró su máximo del año, luego bajó bruscamente bajo una lluvia de toma de beneficios y cerró la sesión con -1,82 %.
Un presagio que Europa ha desairado. Abrió tímidamente y así se mantuvo durante toda la sesión, con descensos contenidos y continuando la senda correctiva, que en el gráfico del índice Eurostoxx50, que resume la bolsa europea, se aprecia bien delimitado por la línea de tendencia bajista construida al unir los 3 máximos descendientes del 19,5, 29,5 y 2 de junio, que también ayer frenaron las más mínimas ambiciones de repunte del índice europeo.
En EE.UU., el SP500 también intentó en los primeros compases dar un empujón alcista al máximo del lunes, para finalmente atacar los 4.300, pero ayer también fracasó, repitiendo el máximo de la sesión en los 4.299, para luego tomar la senda bajista y cerrar cerca de Mínimo del martes en 4.268 (-0,38%). La cara del SP500 se ve tan perpleja y ya no sonríe, y pospone su decisión direccional una vez más.
El índice Nasdaq100, por otro lado, parece haber tenido en cuenta el presagio japonés. Después de un intento breve y poco realista de subir, que solo sirvió para quemar el poco combustible de optimismo que quedaba, también comenzó una toma de ganancias conspicua y continua en la tecnología estadounidense durante el resto de la sesión, con una caída de más de 350 puntos desde los máximos iniciales. y cerrando en 14.303 (-1,75%). No hace falta decir que al final de la sesión el exceso alcista ya no era visible.
La sesión de ayer, por tanto, arroja un severo veredicto sobre la euforia que ha acompañado las últimas semanas en el sector tecnológico. Como una goma elástica que cuando se estira demasiado y luego se deja tiende a sobrepasarse por el lado contrario, el peligro ahora es que incluso la euforia se convierta en huida del riesgo en poco tiempo.
De momento esta eventualidad parece circunscribirse al sector tecnológico, dado que el resto de índices han implosionado mucho menos y tienen menos euforia que trabajar. Pero la historia nos recuerda una vez más que los mercados son volubles y cambian de opinión incluso sin ningún catalizador real, especialmente cuando se han pasado de la raya sin una razón real.
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