Después de una semana (¡y qué semana!) de galope alcista, con evidentes excesos alcistas registrados desde el jueves pasado en los gráficos horarios de los índices SP500 y Nasdaq100 estadounidenses, pero también en el Eurostoxx50, Dax y Ftsemib en Europa, el descanso del fin de semana es imprescindible. han permitido una reflexión un poco más tranquila.
Alguien debió pensar al menos un poco en el repentino y sensacional cambio de escenario que presentó la semana pasada. A finales de octubre, el cielo de los mercados parecía lleno de oscuros nubarrones bajistas, amenazando con granizadas sobre las carteras de acciones y bonos, debido a la posible estanflación (estancamiento + inflación) de las economías occidentales, amenazadas también por escenarios geopolíticos que algunos denominaron casualmente como brotes de tercera. Guerra Mundial.
Pero el martes 31.10 los datos sobre la inflación europea de octubre, sorprendentemente favorables (sorprendente para quienes no conocen el método de medir la inflación anual), provocaron un cambio profundo en los gráficos de bonos y acciones, así como en las creencias de los operadores. quienes revisaron rápida y profundamente los escenarios de futuro, volviendo a apostar fuerte por el fin de la política monetaria restrictiva de los bancos centrales y por el regreso a tipos de interés más bajos.
Como suele ocurrir, cuando hay una presión bajista excesiva (y esto ocurrió a finales de octubre) un pequeño cambio de escenario es suficiente para desencadenar potentes rebotes a corto plazo. La semana pasada estuvo impulsada primero por estas noticias monetarias a descontar, luego por el cierre apresurado de las posiciones bajistas abiertas en la segunda quincena de octubre por quienes especulaban con un agravamiento de la corrección y por muchos gestores de fondos obligados a implementar coberturas, en respuesta a los bofetones que la FED ha dado a los mercados, repitiendo el mantra “tipos más altos durante más tiempo” en cada oportunidad de comunicación.
Así, la marea de precios subió impetuosamente, hasta el punto de que, debido a los huecos alcistas al inicio de cada sesión, se alcanzaron niveles de “sobrecompra” verdaderamente elevados y prolongados en los gráficos horarios de muy corto plazo.
El fin de semana, al interrumpir el flujo diario de precios, sirve para bajar la adrenalina de los operadores y moderar los calambres del FOMO (Fear Of Missing Out), el miedo a quedarse aislados de la subida.
Alguien también debió observar los inusitados niveles de sobrecompra y quizás comprobar que casi siempre en esas situaciones ya no conviene lanzarse a comprar como si no hubiera un mañana. El mañana siempre está ahí y muchas veces se trata de corregir estos excesos.
También porque, en este caso, el escenario por el que apuestan los mercados es el que prevé que la recesión sustituya a la inflación en el escalón más alto del podio de las preocupaciones de los banqueros centrales. Si bien este cambio de objetivo puede ser una bendición para quienes poseen bonos comprados en la primera quincena de octubre, cuando los rendimientos se dispararon a los niveles más altos de la década, no veo mucha previsión en lanzarse a comprar acciones en previsión de una recesión. A menos que opere desde una perspectiva comercial y quizás con técnicas de “atacar y correr”.
Así, ayer, cuando se reabrió el mercado, la euforia que el viernes había permitido a Wall Street cerrar casi en sesión y alcanzar máximos de la semana desapareció casi de inmediato. Los índices europeos abrieron con un hueco alcista, pero esta vez, en lugar de atraer compradores llenos de FOMO, la subida llamó a los vendedores. Los que “muerden” al comienzo de la semana recordaron “huir”, mientras que los bajistas, después de haber sufrido dolorosas pérdidas la semana pasada, volvieron a sacar las narices al constatar que los índices bursátiles se encontraban en un fuerte desequilibrio alcista y cerca de importantes resistencias.
El Eurostoxx50 luchaba por superar con dificultad la media móvil de 50 sesiones, el SP500 y el Nasdaq100 estaban en contacto con importantes líneas de tendencia bajista ya alcanzadas el viernes y en las que los índices se habían detenido respetuosamente.
Así que la sesión de ayer trajo una pequeña caída en Europa y una parada sustancial del ascenso estadounidense. Todos los cierres estuvieron medio punto por debajo o por encima de los del viernes pasado. Nada sensacional. Pero la impresión es que los mercados empezaron a plantearse algunas preguntas durante el fin de semana. Y las respuestas parecen menos festivas que las de la semana pasada.
No quiero causar drama ni evocar quién sabe qué desgracias. Se trata de una pausa necesaria y, si no se repite algo capaz de alterar el estado de ánimo de los mercados, pero la recogida de beneficios sólo reduce los excesos, también podría ser una pausa muy saludable, útil para preparar el terreno para el fin de la crisis del año, que Wall Street espera como el reno de Papá Noel.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
Ningún operador tiene una bola de cristal que pueda utilizar para ver qué sucederá a continuación en los mercados. En cambio, utilizan la información disponible para hacer una suposición fundamentada sobre el precio del activo elegido y luego sopesan el riesgo frente a la recompensa potencial de la operación resultante. Los traders puramente técnicos creen que pueden encontrar toda la información que necesitan para determinar la dirección futura de un mercado dentro de su gráfico de precios. La base del análisis técnico proviene en parte de la Teoría del Caos: la hipótesis de que patrones identificables se repetirán incluso en las áreas aparentemente más caóticas. En lugar de hacer afirmaciones concretas sobre el comportamiento del mercado, los operadores técnicos utilizan estos patrones para determinar la probabilidad de un determinado movimiento. Únete al mejor encuentro para establecer una estrategia ganadora. INSCRÍBETE
