Parece mentira, pero los mercados pasaron del pánico de las dos últimas semanas de octubre a la euforia de los primeros días de noviembre en poco tiempo. SP500, el índice estadounidense que mejor representa las acciones de Wall Street y que orienta la dirección de todas las acciones mundiales, alcanzó el viernes pasado una condición de exceso bajista (sobreventa) con el famoso indicador de sentimiento RSI (14), arrastrando a los demás índices occidentales. en pánico bajista. Parecía que el destino inevitable de las Bolsas era volver sobre todo el largo camino alcista iniciado desde el 13 de octubre de 2022 (a partir de la cuota de 3.492 del SP500) hasta el pico del verano pasado, cuando, el 27 de julio, el SP500 alcanzó un máximo por encima de los 4.600.
La corrección bajista, que afectó al trimestre agosto-octubre, el viernes pasado ya había quemado más del 40% de la subida anterior y había llegado, en condiciones de fuerte pesimismo, a asomar al abismo desde la zona de soporte de último recurso entre 4.100 y 4.050 puntos.
Pero el fin de semana atrajo a los cazadores de basura y el lunes pasado se produjo un rebote sustancial, que inmediatamente sacó al índice de la posición de sobreventa y dio una clara señal de rebote, útil al menos para un hit and run, para aquellos que querían explotar el retorno hacia la media de corto plazo, es decir, la media de 20 sesiones, que había sido traspasada y abandonada el 19 de octubre.
Así fue y el guión de atropello y fuga desarrolló dos sesiones más de rebote acelerado, dejando atónitos a quienes habían vendido en octubre. Lo que alentó pensamientos positivos fue la fenomenal caída de la tasa de inflación registrada en octubre en Europa, que hizo que la inflación anual en la eurozona volviera a situarse por debajo del 3%, lo que parecía un objetivo que debía alcanzarse en varios meses.
La sorpresa positiva hizo que Powell, el miércoles por la noche, pareciera alguien que siempre pierde todos los trenes o, si se prefiere otra metáfora, como un perro que ladra a la luna, dado que al final de la reunión de la FED continuó Reiteramos que las políticas restrictivas no estaban cambiando, incluso si no se subieran las tasas, porque aún no hay evidencia suficiente de que el objetivo de reducir la inflación esté cerca de lograrse.
Por lo tanto, los mercados, que en septiembre habían quedado desconcertados por declaraciones similares y se habían apresurado a subir los tipos de interés de la parte larga de la curva, suponiendo tipos elevados a largo plazo, esta vez perdieron la paciencia y decidieron comportarse como si Powell fuera un anciano un poco confuso, próximo a jubilarse, al que todos saludan con agrado por la calle, pero con el que ya nadie se para a hablar.
Así que el rebote continuó ayer también, mientras que los rendimientos continuaron cayendo, debido a las apuestas de que los halcones de la FED no podrán cerrar los ojos para siempre ante la caída de la inflación y las señales de recesión que siguen llegando. A menos que queramos repetir los tontos que ya hicieron en la segunda mitad de 2021, cuando persistieron en desairar la subida de precios durante demasiado tiempo.
Así, ayer no sólo se alcanzó la media de 20 sesiones del SP500, sino que se superó ampliamente: el índice registró su mejor sesión de los últimos seis meses (+1,89%) y obtuvo una subida semanal provisional del +4,87%. El Nasdaq100 tuvo un desempeño aún mejor, con un repunte semanal provisional del +5,12%. Europa también lo celebró con el Eurostoxx50, que ayer subió como el SP500 e incluso rozó su media de 50 sesiones, superando ligeramente incluso la línea de tendencia bajista que une los máximos descendentes de julio, septiembre y octubre. Si hoy tuviera la fuerza para confirmar la señal de reversión, podría incluso marcar el comienzo de su repunte de fin de año.
Un repunte que Wall Street aún no puede declarar, porque el Nasdaq100, a pesar de estar muy cerca de su media de 50 sesiones, todavía está a más de un punto porcentual de la línea de tendencia que une a sus máximos bajistas de la corrección de verano. Asimismo SP500.
Además de los obstáculos gráficos, Wall Street también tiene que digerir hoy la patata caliente del mal informe trimestral, que llegó de la (un tanto decadente) reina del Nasdaq, Apple, con los mercados cerrados.
La compañía de la manzana mordida presentó una caída de sus ingresos por cuarto trimestre consecutivo y sus previsiones para el último trimestre del año no eran nada optimistas. Su considerable peso en los índices no dejará de influir en ellos.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa