Los mercados occidentales están luchando por encontrar una estructura sólidamente alcista que garantice un balance positivo para la semana que termina hoy.
Se suman insumos macroeconómicos de tono contrastado, que se suman a las sorpresas provenientes de los informes trimestrales.
Ayer, las bolsas europeas intentaron recuperarse con cierto éxito, también gracias al informe trimestral del gigante Taiwan Semiconductor (TSMC), que superó las expectativas y compensó al menos parcialmente la debacle de ASML.
Es una pena, sin embargo, que ASML haya pesado mucho y directamente sobre el índice Eurostoxx50, del que forma parte, mientras que TSMC no es una acción europea y sólo ayudó parcial e indirectamente al repunte de ayer.
Por tanto, mi hipótesis es que el Eurstoxx50 (ayer +0,79% al final de la sesión) no lo tendrá fácil para convertir hoy en positivo el balance provisional de la semana, que ayer todavía marcaba -1,13%.
El Dax alemán parece claramente mejor posicionado (+0,77%), que ayer marcó un nuevo máximo histórico y parece seguir más el comportamiento del índice SP500 estadounidense que el de la media europea.
También tuvo un muy buen comportamiento el índice italiano Ftsemib (+1,09%), que superó los 35.000 puntos y se colocó en una buena posición para intentar superar su máximo de varios años, alcanzado el 17 de mayo. Evidentemente, estos dos últimos índices ya presentan un balance semanal provisional ampliamente positivo.
La magnanimidad del BCE también contribuyó a ayudar a las bolsas europeas que, aprovechando la sorpresiva desaceleración de la inflación europea en septiembre, comunicó el tercer recorte del tipo de interés oficial, llevándolo del 3,65% al 3,40%.
El tipo de interés de los depósitos bancarios en el BCE cayó del 3,5% al 3,25%. Además de la caída de la inflación, los signos generalizados de desaceleración de la economía de la eurozona, citados en el comunicado oficial, también favorecieron la decisión, aunque el BCE persiste en no ver probable una recesión.
Sin embargo, la caída de los tipos europeos no ayudó al euro. De hecho, favoreció otro impulso bajista hasta acercarse mucho al 1,08 frente al dólar.
Wall Street abrió muy bien la sesión, tanto por la contribución de TSMC al sentimiento tecnológico como por las ventas minoristas en septiembre, que mostraron un crecimiento mensual muy robusto (+0,5%), muy por encima de las expectativas (+0,1%).
Una demostración de la fortaleza del ciclo económico estadounidense que permitió posteriormente a la FED de Atlanta actualizar su estimación del crecimiento estadounidense en el tercer trimestre hasta el 3,4% (desde el 3,2% anterior).
El SP500 comenzó con una fuerte brecha alcista que marcó el 46º máximo histórico de 2024. El Nasdaq100 también abrió una brecha similar, aunque muy por debajo de su máximo histórico. Sin embargo, para estos dos índices los valores de apertura también fueron los máximos de una sesión que inmediatamente comenzó a caer, terminando en una paridad sustancial para ambos índices, que cerraron así la brecha, lamentando el optimismo mostrado al inicio de la sesión.
La vela negra dibujada no es nada alentadora, porque resalta la llegada inmediata de vendedores después de los máximos iniciales y la negación de la señal de ruptura.
Hoy en Occidente persiste la confusión generada por una semana convulsa, mientras que en China parece que los compradores han regresado en masa, tras 7 sesiones de corrección de la fuerte subida de finales de septiembre. CSI300, el índice de las 300 principales empresas de Shanghai y Shenzhen mostró un contundente +3,6% y atrajo una inversión alcista de vela «Bullish Engulfing».
¿Conseguirá el retorno del buen humor chino despejar las dudas de los últimos días en Occidente?
Me resulta difícil dar una respuesta. Me siento más cómodo prediciendo que el índice chino seguirá subiendo hasta los máximos del 8 de octubre la próxima semana.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa