Parecía un día como los anteriores, ayer, con las bolsas europeas que no lograban corregir, sólidamente ancladas a los máximos de este año y embriagadas por el entusiasmo de quienes, además de no ver absolutamente ninguna posibilidad de recesión, ni siquiera en el trimestre actual, sigue convencido de que el BCE no ha perdido la costumbre de ayudar a la especulación alcista y no dejará de ofrecer su apoyo deteniendo las subidas de tipos si no ya en marzo, seguramente a mediados de año.
Wall Street, que esta semana se había tambaleado con la mala sesión del pasado martes, pero había frenado el descenso el miércoles, arrancó ayer tratando de disipar los temores suscitados por el discurso de Powell y aferrándose al dato de las 14.30 horas sobre las subvenciones al desempleo de EEUU finalmente han comenzado a subir, moderando un poco la solidez del mercado laboral, que tanto enoja a la Fed.
Pero alrededor de las 5 de la tarde, mientras la renta variable europea cerraba una sesión cansadamente sin cambios, pero muy cerca de los máximos del año, comenzaron a circular rumores de extrañas crisis en el mundo bancario. Ya en los últimos días el intermediario de criptomonedas Silvergate había comunicado una crisis preconcursal, perdiendo el 60% del valor. Ayer, cierta aprensión volvió también a Credit Suisse, que pospuso la publicación de los estados financieros tras los hallazgos de la SEC, la autoridad supervisora de EE.UU. Pero el mercado empezó a notar en el Nasdaq una caída de más del -30% en la apertura de Silicon Valley Bank, un banco mediano muy activo en el crédito a startups tecnológicas, tras el anuncio de una ampliación de capital de más de 2.000 millones de dólares. para cubrir las enormes pérdidas de los bonos.
El mercado se enfrentó a la tercera pista de una crisis bancaria y recordó el famoso dicho de Agatha Christie: “Una pista es solo una pista, dos pistas son una coincidencia, pero tres pistas lo prueban”.
Así comenzó la estampida en la bolsa estadounidense, volcando un poco de todo, pero sobre todo las acciones bancarias, como si SVB Financial, que entonces cerró la sesión al -60,4%, fuera el clásico canario que cayó muerto en la mina. de fugas de grisú, el letal gas inodoro que a veces se libera en las minas y empuja a los mineros a huidas precipitadas.
Así Wall Street en plena sesión transformó la subida momentánea en una bajada bastante preocupante. SP500 (-1,85%) perdió 100 puntos redondos desde el máximo de 4.018 anotados en la primera media hora. El Nasdaq100 también cayó fuertemente (-1,80%), pero el Russell2000 de pequeña capitalización fue el peor de todos (-2,81%).
El mercado de bonos, que en los últimos días había sufrido las palabras de Powell y descontado grandes subidas de rendimientos, pensó que si llega una crisis bancaria, nada más efectivo para hacer cambiar de opinión a la FED y frenar la subida de tipos. Por tanto, también se ha iniciado un repunte sustancial, con una corrección especular de las rentabilidades, especialmente en la parte central de la curva.
Sin olvidar que una crisis financiera puede conducir rápidamente a una recesión, al júbilo de los mercados de bonos.
Técnicamente SP500 ha roto la zona de fuerte soporte entre 3.945 y 3.928, donde ayer pasó la media de 20 sesiones, la media de 200 sesiones y la mínima del 2 de marzo. Esta es una señal bastante fuerte de una continuación bajista a corto plazo, que debería conducir a la prueba de 3.885.
Por si sirve de algo, SP500 también ha completado una cabeza y hombros claramente bajistas, lo que proyectaría la caída a 3.650.
Hay algo de qué preocuparse, incluso si las crisis financieras a menudo estallan unos meses después de las primeras señales de advertencia.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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