El comentario de Gerbino: Esperamos la mediación china

Publicado el: 14/03/22 3:34 PM

La semana pasada y durante el fin de semana Putin tocó los límites de la brutalidad más allá de los cuales le parece difícil avanzar. El uso de armas prohibidas por los tratados internacionales, la amenaza de usar armas químicas, el bombardeo de hospitales, el ataque con misiles a la base ucraniana a solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia y la OTAN, el asesinato de un periodista estadounidense. Son ejemplos de una escalada que ha aumentado las posibilidades de que ocurra ese incidente que podría conducir a la participación directa de la OTAN. Mientras tanto, las principales ciudades ucranianas se encuentran sitiadas, algunas sin comida ni agua para la población civil aún atrapada y las tropas de Moscú se preparan para el asalto final a Kiev, reforzado con el reclutamiento de miles de asesinos mercenarios sirios.

Parece que la situación ha llegado al límite que no se puede traspasar, si Putin quiere evitar la tercera guerra mundial y traer a casa algunos resultados.

Incluso los ucranianos sienten que deben retirarse un poco de las posiciones intransigentes mantenidas hasta ahora, comprensibles desde el punto de vista de un Estado agredido y devastado, pero mucho menos de cara a llegar a un compromiso que salve lo más importante e impida el final. empuje a los rusos.

Ucrania no puede pensar en expulsar al invasor, al igual que Rusia no puede pensar en poder controlar un territorio tan vasto con tropas de ocupación.

Ambos tienen que mirar a las metas mínimas y no a las máximas.

La salida ya está bien presente para mediadores de diversa índole que en estas dos semanas se han alternado sin poder convencer a los contendientes. Israel y Turquía deben dejar ahora el campo a una potencia de gran calibre, capaz de ser muy convincente con Putin: China, aliada de Rusia, pero que se abstuvo en el voto de condena de la ONU porque quería recordarle a Putin el principio de que los estados vecinos no invadir. La china parece cada vez más la mediación extrema posible, solicitada también por Biden, lo que ha hecho entrever a los chinos el posible levantamiento de algunas sanciones impuestas por Trump, si logran apaciguar a Putin.

Esta guerra debe terminar con el reconocimiento de Crimea para Rusia, el reconocimiento de una verdadera autonomía para las repúblicas de Donbass y la garantía de la neutralidad de Ucrania, mediante la renuncia a la pertenencia a la OTAN.

Por supuesto, esto no significa que Ucrania deba convertirse en un estado satélite de Rusia, como Bielorrusia. Putin debe aceptar el principio democrático de que el gobierno lo deciden los ciudadanos, y por tanto renunciar a la sustitución del gobierno de Zelensky, elegido legítima y democráticamente. Los ucranianos deben ser libres de referirse a los valores occidentales si así lo desean, y también de ingresar al espacio económico y cultural de la Unión Europea. Este es el modelo de Finlandia, que durante 80 años ha permitido la convivencia pacífica, en la frontera con Rusia, de un estado de cultura occidental, y que hace varios años que forma parte de la UE, pero no de la OTAN.

Esta debería ser la semana decisiva para la guerra en Ucrania, después de que la anterior no lograra poner fin a la masacre. El tiempo se agota y Rusia debe elegir entre el asalto final, con grandes riesgos por su ya baja reputación internacional y con la probable hostilidad china a esta prueba muscular, o llevarse a casa muchas de las peticiones hechas antes de la invasión y no atendidas desde Estados Unidos y Ucrania.

Las bolsas lo afrontan aplastadas por las pérdidas de este nefasto inicio de año. La semana pasada estuvo iluminada por un breve pero fuerte repunte de la esperanza, pero terminó a la inversa el jueves y el viernes. El balance semanal fue negativo en unos 3 puntos porcentuales para los índices americanos, mientras que los europeos, que antes se habían rezagado mucho más, mantuvieron un saldo positivo de unos 3 puntos porcentuales. Así, las distancias de actuación entre los dos lados del Atlántico se han reducido algo.

Los mercados de bonos también estarán lidiando con el inicio de la subida de tipos de EE. UU., que se espera sea sancionada el miércoles por la noche, al final de la reunión de la Reserva Federal.

No es posible aventurar una predicción sobre el resultado de la guerra, dada la alta tasa de mortalidad que hemos visto hasta ahora en las propuestas e intentos de mediación. Solo podemos esperar que el escenario de “Finnishización” de Ucrania sea aclamado como el menos peor por todos los contendientes.

También podemos intentar hipotetizar, con la ayuda de los gráficos, qué evento en el principal índice estadounidense, SP500, nos dirá que una solución pacífica se vuelve probable para los mercados. Es la superación de 4.300, donde encalló el pasado miércoles el último intento de rebote, atentado sobre la confianza de que Turquía saldría adelante en una mediación que en realidad resultó fallida.

Entonces podemos comenzar de nuevo en perecer en la convivencia pacífica, mientras el recuento de las víctimas que se encontrarán entre los escombros amplificará el pesar por haber encontrado una solución pacífica, a la que sólo se puede llegar con diplomacia y sin guerra, tras la destrucción de ciudades enteras, de miles de vidas humanas y de sufrimientos incalculables para el pueblo ucraniano.

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa


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