Fue una semana extraña, la que terminó con el día de las brujas, en el que expiraron los futuros y opciones sobre índices y acciones de todas las bolsas. No siempre, pero a menudo ocurren sorpresas ese día, ya que la población inversora acepta las estrategias que llegan a una conclusión y establece otras.
El jueves, manos fuertes aprovecharon las palabras poco claras del BCE para forzar una interpretación benévola y desencadenar un mini repunte que el viernes arrojó al desguace muchas posiciones bajistas a plazo acumuladas durante el verano por los pesimistas.
Las bolsas europeas, que el jueves habían arrastrado al alza a un Wall Street más apático, intentaron el viernes prolongar el movimiento de rebote durante más de la mitad de la sesión, con el índice que lo representa, el Eurostoxx50, que abrió en hueco y se mantuvo hasta la apertura de Wall Street. con confianza al alza y en contacto con la principal resistencia a romper, la media móvil de 50 sesiones. Pero Wall Street amaneció el viernes con dolor de estómago debido a un fenómeno que no ocurría en EE.UU. desde hacía mucho tiempo y nunca de forma tan generalizada. Trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis se cruzaron de brazos. La primera huelga de masas en décadas y la perspectiva de un bloqueo de la producción en el sector del automóvil, con evidentes repercusiones en las industrias relacionadas, nos ha hecho reflexionar de repente sobre los riesgos de que el aterrizaje suave se vuelva más complicado para una economía que sufre los ataques de todas las partes.
Así que lo mejor parecía ser obtener ganancias, especialmente cuando se gana más dinero, y reducir el riesgo. Los índices estadounidenses abrieron así ya en un hueco bajista y no dejaron de caer durante el resto de la sesión, con una lluvia de ganancias.
Las bolsas del viejo continente, aunque les costaba creer este repentino cambio de viento en EE.UU., tuvieron que adaptarse, cediendo gran parte de las ganancias de la mañana, pero manteniendo esa subida mínima que permitió cerrar al Eurostoxx50 y a los principales índices europeos. la semana con saldo positivo respecto al viernes anterior.
Wall Street siguió cayendo también en la segunda parte de la sesión y neutralizó en un solo día, del -1,22% para el SP500 y del -1,75% para el Nasdaq100, todo lo que esos índices habían construido laboriosamente en las sesiones anteriores.
La situación se está volviendo ahora muy delicada porque los índices estadounidenses han sido rechazados con pérdidas desde la última resistencia que tuvieron que superar para confirmar el fin de la corrección iniciada en agosto.
La gran caída hacia el mínimo del 7 de septiembre anula la inercia a corto plazo y pone el foco en este valor de soporte, que para el SP500 se sitúa en 4.430.
Si se supera esta barrera, habrá que tener en cuenta otros cien puntos de descenso y la prueba de los mínimos de agosto.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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