En el comentario de ayer, describí la posibilidad de que se estuviera formando un patrón de reversión bajista llamado «Estrella fugaz» en el gráfico diario de los dos principales índices estadounidenses, SP500 y Nasdaq100, que corrieron mucho en junio y julio.
Pues bien, ayer las estrellas del Nasdaq cayeron estruendosamente, utilizando como excusa los decepcionantes informes trimestrales de Tesla y Netflix, presentados inmediatamente después del cierre de la sesión del miércoles.
Lo que decepcionó no fueron tanto los resultados del segundo trimestre, para ambas compañías mejores de lo esperado en términos de beneficios (Tesla también superó las estimaciones sobre ingresos), sino las llamadas «orientaciones», es decir, las previsiones de los directores para el siguiente trimestre, que suponían una caída de la demanda.
Por tanto, cuanto más exagerada fue la subida de las últimas semanas, más pesada fue la toma de beneficios prudencial de los inversores. La huida masiva del riesgo tecnológico no se limitó a Tesla (-9,7%) y Netflix (-8,4%), sino que se vio en menor medida (ni siquiera tanto) en casi todos los grandes nombres de la lista tecnológica, incluso en los muchos que aún no han presentado sus resultados trimestrales.
Así Nasdaq100 nos mostró una caída final de -2,28% (peor caída diaria desde el 21 de febrero). Un descenso continuado, en una sesión que ya se abrió en un gap bajista, acentuado tras el cierre de las bolsas europeas. Dado el peso cada vez mayor de los grandes nombres de la tecnología también en el índice SP500, el contagio bajista también ha arrastrado a la baja este índice, aunque en mucha menor medida (-0,68%). Confirmando que el ataque de nervios tuvo su epicentro en la tecnología, el viejo índice Dow Jones, que refleja empresas más tradicionales, cerró la sesión incluso positivamente (+0,47%) revelando que quizás la liquidez que salió de las tecnoestrellas no se fue del todo a la renta fija, sino que se quedó en parte en la renta variable, con una rotación en empresas de sectores tradicionales, que se habían quedado rezagadas.
Las listas europeas también tuvieron una sesión positiva, compensando levemente el bajo desempeño en comparación con las estadounidenses que se ha visto durante meses. El Eurostoxx50 resume la subida europea en un +0,25%, pero los índices francés y español se han acercado al punto porcentual de subida.
El asombroso entusiasmo europeo quizás tenga alguna motivación. Primero, en Europa la tecnología está significativamente menos representada en los índices que en los EE.UU. La economía tradicional está mucho más representada, a la que también le fue bien en EE.UU. Además, no olvidaría que el impulso bajista más fuerte del Nasdaq ayer se produjo en las bolsas europeas ya cerradas.
Por lo tanto, debería implementarse con un retroceso inicial en los índices europeos en la sesión de hoy. Evidentemente hoy, para los índices europeos, será importante mantener los mínimos de ayer, para evitar o al menos retrasar las meteduras de pata también en Europa.
En Wall Street, sin embargo, la señal bajista es tan clara que me sorprendería que se desmintiera en las próximas sesiones. Ya ha pasado, pero las probabilidades me parecen a favor de una continuación de la corrección al menos durante algunas sesiones, para absorber los excesos, probar algunos soportes y permitir que los que se fueron regresen un poco más abajo.
Eso sí, en las semanas clave del trimestral es posible que los datos sorprendentemente bellos de algunos grandes nombres hagan el milagro.
Pero también que otros datos decepcionantes acelerarán el proceso de devolver más estrellas tecnológicas a la tierra.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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