El comentario de Gerbino: Euforio y toma de beneficios en los albores de 2025

Forex en 2025: Perspectivas y Factores Clave para un Año de Transformaciones
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Las recientes vacaciones navideñas privaron a los mercados de varias sesiones. La escasez de operadores presentes es una de las causas del comportamiento vacilante de los mercados americanos en las sesiones previas y posteriores a Nochevieja.

En realidad, no es la única razón, porque también influyeron los ajustes de cartera de fin de año y el reequilibrio necesario al final de un año muy direccional, que lastraron el componente de renta variable estadounidense dentro de las carteras de ahorro gestionadas. Para que los porcentajes vuelvan a los valores deseados es necesario vender algunos de esos activos sobreponderados y comprar algunos de los que se han vuelto infraponderados.

Estas maniobras provocan oscilaciones comparables a las de los plazos técnicos y aumentan la errática de los mercados, ya amplificada por la escasez de volúmenes de negociación.

Además, este año llegamos al final del año con un claro rendimiento inferior de las listas de precios europeas en comparación con las americanas. Baste decir que el Eurostoxx50, que representa el mercado de valores de la zona euro, registró a finales de 2024 un resultado anual del +7,9%: nada mal en un año normal, pero pobre en comparación con el principal índice estadounidense SP500, que logró un súper año. +24%, más del triple del precio de las acciones europeas.

Por lo tanto, los gestores pasivos, que son numerosos y que intentan atenerse al índice de referencia, han tenido que vender un poco de América y comprar un poco de Europa, también porque la fortaleza del dólar ha acentuado la divergencia ya desigual entre los mercados Estados Unidos y Europa.

El comportamiento de los gestores de fondos, sin embargo, chocó con las narrativas dominantes tras la victoria de Trump, que parece ser considerado por casi todos como el “deus ex machina” capaz de resolver todos los problemas geopolíticos, reduciendo los impuestos y la deuda pública (un comunicado que merecería un suspenso en el examen final de un instituto técnico-comercial), deportar a millones de inmigrantes, quién sabe dónde y quién sabe cómo, sin causar ninguna molestia al sistema económico americano, que sin una inmigración masiva no se mantendría.

Además, mientras los superricos tecnológicos se disputan poder arrodillarse en primera fila ante el nuevo soberano, el futuro presidente sigue prometiendo el cielo en la tierra a los estadounidenses, gracias a los deberes que hará pagar al resto del mundo. Además, en un doble estallido de megalomanía, empezó a hacer propuestas impactantes, como la de comprar Groenlandia y la de convertir a Canadá en el estado número 51 de Estados Unidos. Cosas de un hospital psiquiátrico, no de la Casa Blanca.

Está claro que todos estos bulos volverán a casa a medio plazo, esperando que no generen desastres irreparables. Pero a corto plazo son suficientes para estimular la euforia popular, siempre en busca del sueño por realizar y la lotería por ganar.

El resultado del periodo navideño, afectado por estas corrientes operativas divergentes, produjo una discreta recuperación tras Navidad por parte de los mercados europeos, que supieron acercarse a sus máximos de principios de diciembre, mientras Wall Street recogía una serie de correcciones y rebotes. , lo que provocó que la última parte de 2024 y la primera parte de 2025 transcurrieran sustancialmente de forma lateral.

Para ser precisos, tanto el SP500 como el Nasdaq100 han dibujado una especie de figura triangular con máximos relativos descendentes, gracias a los entusiastas de la tecnología que compran con los mínimos y a los inversores institucionales que se benefician de los máximos.

Técnicamente, el triángulo es un patrón de indecisión, que dará una señal direccional cuando el mercado salte del patrón. Por tanto, sólo queda esperar a que se rompa el máximo de ayer para plantear la hipótesis de un retorno a los máximos históricos de los índices SP500 y Nasdaq100. O la ruptura bajista de los mínimos del 2 de enero para profundizar la corrección que haría rascarse la cabeza a algunos preocupados aficionados a la inteligencia artificial.

Sin olvidar que no hay certeza de que a los excelentes resultados de 2023 y 2024 les siga un milagro similar en 2025.

La regla de que “no hay dos sin tres” en el mercado de valores ya se ha demostrado errónea varias veces.

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa 

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