Tras las incertidumbres de las dos últimas sesiones, en las que el aparente relajamiento en el cielo del sector bancario global ha provocado cierta recuperación pero, sin demasiado entusiasmo, la euforia ha vuelto a cosquillear los ánimos de los operadores bursátiles. Ayer los principales índices decidieron dejar de lado sus preocupaciones, al menos a corto plazo, e intentar recuperar el mercado alcista de esta primera parte de 2023, tras la fuerte corrección de la primera quincena de marzo.
Una corrección que parece haber toda la intención de dejar de lado, dado que, si es probable que los bancos ya no dirijan los mercados, la tecnología vuelve a estar en una forma deslumbrante y apunta a repetir la hazaña lograda en 2020, cuando apoyó a los mercados. tras el estallido de la pandemia y arrastró al resto de sectores a una prodigiosa recuperación.
Pero el contexto de esta primavera 2023 es completamente diferente al que vivimos hace tres años.
Así que creo que es bastante improbable que se repita el «rally de quedarse en casa» de la época.
Lo que estamos viviendo se parece mucho más a la situación de 2007, cuando en verano, tras el estallido de la burbuja especulativa de las hipotecas subprime, como un rayo caído del cielo, BNP Paribas suspendió la devolución de 3 fondos de inversión especializados en valores ABS , que luego se conocieron infamemente como «acciones tóxicas».
Claro, sabemos que la historia nunca se repite de la misma manera, pero a menudo rima.
Esta vez ya comenzamos con la quiebra de 3 bancos, pero la sensación de ser fulminados fue similar, pues, como entonces, las autoridades supervisoras no se percataron de nada antes de que la situación escalara. Consciente de la vergüenza de entonces, cuando subestimaron la situación durante mucho tiempo, esta vez la FED intervino de inmediato con la activación de líneas de crédito de emergencia, que ya han desembolsado más de $300 mil millones de liquidez (cancelando más de la mitad del endurecimiento implementado por la FED desde marzo del año pasado para combatir la inflación).
Pero como entonces, una vez más la línea seguida por las autoridades fue tranquilizar y restar importancia. Ya entonces los bancos se consideraban sólidos y el sistema capaz de absorber las «manzanas podridas», hasta que al año siguiente estallaron las consecuencias sistémicas de la crisis con la quiebra de Bear Sterns y luego de Lehman Brothers.
Así que no me sorprende que tras las primeras intervenciones de los bancos centrales y las palabras tranquilizadoras de todos, los mercados se recuperen, casi como si nada. También sucedió entonces.
Ayer, con un mini-rally significativo, el Eurostoxx50 (+1,51%) superó la media móvil de 50 sesiones y la resistencia del máximo del 23 de marzo, dando una señal bastante clara de reversión, lo que permite considerar la corrección sobre la intención. Está claro que volverá a los máximos de principios de marzo, alcanzados justo antes de que estallara la tormenta en el banco californiano SVB y la culminación de un largo movimiento alcista que se inició el 13 de octubre del año pasado.
Incluso el SP500 (+1,42%) mostró su rostro optimista ayer, incluso superando la línea de tendencia descendente con una gran brecha alcista que desde el 2 de febrero ha reducido los intentos de reversión alcistas anteriores 5 veces desde el 2 de febrero. La guinda del pastel, también superó su promedio móvil de 50 sesiones.
El tecnológico Nasdaq100, que desde principios de año ha superado casi constantemente a su hermano mayor SP500 y que en las dos últimas sesiones aparecía un poco cansado, ayer también cambió de ritmo y con un rabioso +1,87% se situó a pocos puntos de el máximo del 2 de febrero, lo que lo convierte en candidato a ser el primer índice en recuperar por completo la tendencia alcista de mediano plazo.
A los que estén asombrados por estos sorprendentes aumentos en un contexto que podría ser la repetición de la gran crisis de 2007-2009, quisiera recordarles que luego, tras la bajada de un mes, desde mediados de julio hasta mediados de agosto 2007, con el SP500 que se dejaba por los suelos hasta en torno al -12%, se iniciaba un repunte que lo recuperaba todo, e incluso algo más, llegando incluso a marcar un nuevo máximo histórico el 11 de octubre.
Máximo a partir del cual partió entonces la caída real, que durante casi un año fue un tobogán salpicado de rebotes, pero que en septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers quebró, cayó un -33% en tan solo 3 semanas. El mercado bajista luego terminó con el mínimo del 6 de marzo de 2009 y con una caída general de -57,7% desde el máximo del 11.10.2007 al mínimo del 03.03.2009.
Creo que está bastante claro, si queremos sacar lecciones del pasado, que, además de no dejarse sorprender por las subidas alcistas cuando empiezan crisis inesperadas (como no se prevén, también se suelen desairar), es aún más importante que no nos engañemos con que los mercados pueden permanecer en perenne fuga, aun cuando el suelo se derrumbe bajo sus pies. Tarde o temprano los nudos vuelven a casa para descansar. Quizás entonces.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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