El comentario de Gerbino: Jugar sin cartas no convence a los mercados

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Continúa el goteo diario de declaraciones divagantes del aprendiz de brujo de la Casa Blanca, alternando amenazas con anuncios cómicos de retiradas (la última, la posible suspensión de aranceles a los coches), sin pararse jamás a decir mentiras para atribuirse el mérito de cosas que no tiene (la última, la de haber solucionado ya el problema de la inflación).

Incluso los comentaristas más cautos están empezando a perder la paciencia y a plantear un problema de credibilidad a esta Administración norteamericana dirigida por un jugador instintivo asesorado por incompetentes.

Ayer, Jamie Dimon, el director de JP Morgan, el mayor banco de Estados Unidos, habló nuevamente e invitó a Trump a detener el enfrentamiento con China y comenzar a negociar un cese del fuego arancelario. De lo contrario, la credibilidad y la prosperidad de Estados Unidos se verían puestas en duda por este terremoto en el comercio mundial.

También hay una sensación de considerable confusión por parte de Trump sobre los objetivos que se quieren alcanzar. Por un lado, parece que los aranceles son una herramienta para lograr objetivos geopolíticos. Ha decidido ofrecer aranceles más bajos a quienes aíslen a China. Pero, por otro lado, la continua exultación por los miles de millones de dólares recaudados por los aranceles plantea serias dudas sobre su voluntad real de reducir rápidamente la guerra comercial, que corre el riesgo de volverse cada vez más difícil de concluir, como la (todo bien) en Ucrania, donde está perdiendo el hilo de la mediación, enredado desde hace varias semanas en las redes de Putin.

Los mercados bursátiles avanzan a tientas, en busca de las últimas declaraciones, pero mientras tanto hay un cierto desánimo. También porque China, diga lo que diga Trump, parece tener mejores cartas en la mano que él y parece capaz de resistir quizá más de lo que Wall Street puede resistir. China podría extender aún más su suspensión de las exportaciones de tierras raras y podría pasar a comprar soja de Brasil, perjudicando a los mismos agricultores que votaron por Trump. Con entusiasmo. Mientras tanto, Hong Kong ya ha suspendido el envío de paquetes de pequeño valor a Estados Unidos, sobre los cuales se han extendido los aranceles. Cada vez más votantes de Trump que compran tecnología en Hong Kong recordarán sus votos emitidos en las elecciones presidenciales de noviembre pasado.

Ayer, Europa se regocijó con la noticia de que los aranceles al sector automotriz y de componentes podrían suspenderse, para dar tiempo a los fabricantes extranjeros a trasladar la producción a Estados Unidos.

Así, hemos visto buenos aumentos en el índice alemán, pero sobre todo aumentos superiores al 2% en el italiano y el español, porque también los bancos han vuelto a rugir, galvanizados por los buenos resultados trimestrales de sus primos americanos.

El índice francés, por su parte, tuvo un alza más moderada, sintiendo el peso del sector del lujo después de los pobres resultados trimestrales presentados por LVMH. El Eurostoxx50 (+1,2%) también mostró una buena subida, aunque no espectacular.

Mejor, sin embargo, que los índices americanos, que se han mostrado lentos y ni siquiera lograron ayer atacar las resistencias clave de la zona de los 5.500 puntos del SP500 y la media móvil de 20 sesiones del Nasdaq100, cerrando una sesión sin emociones cerca de la paridad: ligeramente por debajo del SP500 y ligeramente por encima del Nasdaq100.

Pero la verdadera noticia del día llegó después de la campana, cuando Nvidia se quejó de un aumento de costos en su balance de hasta 5.500 millones de dólares en el primer trimestre debido a la prohibición impuesta por la administración Trump a las exportaciones del superchip H20 a China, que a partir de ahora requerirá una licencia especial emitida por Washington.

Así, esta mañana las bolsas asiáticas cayeron, en línea con los futuros americanos, que dieron ejemplo con la apertura negativa de los mercados europeos. Mientras tanto, el oro ha alcanzado otro máximo histórico.

La crisis de confianza en Trump corre el riesgo de desencadenar una nueva ola bajista en los índices bursátiles, con la posibilidad de volver a los mínimos de abril.

Pero Trump está satisfecho. Qué suerte tiene.

 

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa 

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