La sesión de ayer mostró una divergencia sustancial de sentimientos entre ambas orillas del Atlántico. En Europa, el juego de riesgo y los informes trimestrales de los bancos, combinados con las primeras filtraciones sobre el plan de paz que prepara Trump para la guerra en Ucrania, han empujado a las bolsas europeas a alcanzar nuevos máximos de varios años.
En Estados Unidos, sin embargo, la sesión registró una señal positiva, aunque no sensacional, solo en los índices SP500 y Nasdaq100, gracias sobre todo a la fuerte continuación del rebote de Nvidia, que parece olvidar las preocupaciones generadas por DeepSeek, del que casi ya no se habla. Pero algunos resultados trimestrales decepcionantes empañaron el ánimo de las empresas de pequeña capitalización y del tradicional índice Dow Jones, que cerró la sesión ligeramente a la baja.
Se han filtrado datos sobre el plan que Trump presentará a Putin para poner fin a la guerra en Ucrania. Parece que se prevé, tras el alto el fuego, la congelación de la situación sobre el terreno, es decir, la entrega a Putin de los territorios conquistados, garantías no especificadas a Ucrania, que sin embargo no se unirá a la OTAN, y nuevas elecciones en Ucrania.
Aunque la propuesta parece un poco vaga y carente de fundamento, los mercados, conocedores de la pasión de Trump por el sector inmobiliario, ya han empezado a fantasear con la reconstrucción y han premiado a los valores de la construcción europea, que se han unido a los bancos para impulsar los índices europeos.
Como justificación del salto europeo hay que añadir la caída de los rendimientos, que se viene produciendo desde hace unos días, y que ha encontrado una nueva motivación en las palabras del nuevo secretario del Tesoro estadounidense, Bessent, que ha recordado que Trump quiere una caída sustancial de los rendimientos, especialmente los a diez años, y que Trump tiene como objetivo llevar a cabo una rebaja de impuestos permanente.
El hecho es que los índices europeos subieron sin descanso durante toda la sesión, registrando incrementos de alrededor de un punto y medio porcentual y alcanzando nuevos máximos de varios años. Se trata incluso de máximos históricos para el índice alemán Dax y para el británico FTSE100 (de los que casi nunca hablo, dado que el Brexit ha expulsado a Gran Bretaña de la Europa financiera, pero hoy hago una excepción a la regla). El índice de Londres también se benefició del recorte de tipos implementado por el Banco de Inglaterra.
Wall Street tuvo una sesión sin mucho mordisco, al margen de los 7 Magníficos, todos al alza excepto Tesla, que está sintiendo los efectos de las desventuras políticas de Musk, ayer frenada por un juez antes de congelar la cuenta del Tesoro que realiza los pagos a USAID, la agencia que financia la ayuda al desarrollo, lo que para Musk es un desperdicio de dinero.
La espera de los resultados trimestrales de Amazon, que se conocieron tras el cierre del mercado y que After Hours no apreció, también moderó un poco la actitud de los compradores.
Ni el SP500 ni el Nasdaq100 han conseguido acercarse a los máximos de la semana pasada. Tendrán que intentarlo hoy porque, si la sesión de hoy registrara un descenso, el gráfico de esta noche fotografiaría tres máximos semanales descendentes, lo que ciertamente no es un indicio de buena salud.
Los índices chinos ya han cerrado su semana corta con una buena subida, señal de que allí el temor a los aranceles de Trump no parece muy relevante.
Concluimos con un guiño al Oro, que ayer se tomó un respiro tras 5 máximos históricos consecutivos, y al Petróleo Crudo WTI, que aún no se ha recuperado del shock de las políticas de Trump “¡Perfora, nena, perfora!”. y avanza tristemente hacia los soportes que le esperan en la zona de los $68.50.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa