Ayer los mercados seguían descontando el escenario de Trump. Un escenario que parece preocupar mucho a Europa, porque presagia nuevos triunfos de las soberanías en todo el mundo, que ya están creciendo significativamente en Europa, y nuevas oportunidades de desestabilización geopolítica.
La guerra en Ucrania podría terminar con el abandono de Zelensky y la entrega de vastos territorios a Putin, quien saldría victorioso de la guerra.
El desafío con China se vería enriquecido por nuevas guerras comerciales, que también podrían producir nuevos aranceles sobre los productos europeos y una reducción del comercio mundial, mientras que la OTAN se vería desestabilizada por la ideología MAGA (Make America Great Again), caballo de batalla de Trump.
Los índices europeos continuaron así la senda bajista que ya habían emprendido durante la sesión del lunes. El Eurostoxx50 resumió con una caída del -0,67% el amplio espectro de rentabilidades, todas ellas negativas, de los principales índices europeos, desde la menos peor (-0,02%) del índice italiano Ftsemib, apoyada por la recuperación del sector bancario tras la buenos resultados trimestrales de los grandes bancos estadounidenses, hasta el desplome (-1,87%) del índice francés Cac40, el peor de todos, que sufre el mal momento del lujo, muy presente en el índice francés, y los desacuerdos entre los ” ganadores” de las votaciones, lo que impone una espera hasta la formación del gobierno a la que los franceses no están acostumbrados.
En Estados Unidos, sin embargo, los mercados simplemente anticiparon la llamada “luna de miel con el Presidente”, comportándose como suelen hacerlo cuando se proclama el ganador del desafío electoral.
Dado que parece muy difícil para los demócratas poder impedir la victoria de Trump, después del milagro del ataque, ya se están explorando de antemano los temas que deberían ser favorecidos por Trump.
Sin duda, la defensa de las pequeñas empresas y de la economía tradicional de la América blanca y profunda, frente a los grandes oligopolios tecnológicos, que se beneficiaron de Obama y a los que Trump siempre ha acusado de ser prodemocráticos y enemigos del pueblo.
Así, ayer asistimos en Wall Street a la impetuosa vuelta a escena del antiguo índice Dow Jones que, después de haber superado ya el lunes su máximo histórico y haber cerrado la sesión por encima de los 40.000 puntos por primera vez, ayer confirmó el efecto Trump con una nueva potente subida del +1,85%.
Pero sobre todo asistimos a un nuevo episodio de triunfo de las empresas de pequeña capitalización, que con el índice Russell2000, que las representa, lograron una subida del +3,56%.
El repunte de las empresas de pequeña capitalización comenzó mucho antes del ataque a Trump. Podemos identificar su inicio el jueves 11 de julio, cuando se conocieron los datos de inflación subyacente estadounidense de junio, mejores de lo esperado y sobre todo a la baja, lo que desencadenó la apuesta en el sector de bonos de dos recortes de tipos de la FED, en septiembre y noviembre.
Comenzó antes, pero no hay duda de que el milagro de la bala desviada por el Padre Eterno dio más combustible al rally, llevando este índice a una subida fenomenal en sólo 4 sesiones: +10,4%. Sólo 4 sesiones para reducir a la mitad la distancia que lo separa del máximo histórico del 8 de noviembre de 2021 y llevar el rendimiento desde principios de año de poco más de cero a dos dígitos.
Por otro lado, ayer se vendieron principalmente los magníficos 7 del Nasdaq. El índice MAG7 anotó -0,42% y 4 de los 7 magníficos perdieron ayer al menos un punto porcentual.
Si los magníficos mantienen el ritmo, el índice Nasdaq100 no puede subir. De hecho, superó la holgura (+0,06%) y por cuarta sesión consecutiva se mantuvo por debajo de los máximos históricos, mientras que el más amplio y variado SP500 (+0,64%) aprovechó el buen momento del “no magnífico” para consigue el noveno máximo histórico consecutivo.
Pocas veces hemos visto índices tan descorrelacionados entre sí. Normalmente esto es una mala señal.
¿Será diferente esta vez?
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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