Tras un final de semana positivo, posible gracias a datos aparentemente sólidos sobre el mercado laboral estadounidense, la sesión de ayer reveló muy poco y se prolongó sin grandes fluctuaciones direccionales, con los índices bursátiles más preocupados por no perder demasiado terreno que por ganarlo.
Quizás alguien también observó durante el fin de semana la parte vacía del vaso en el mercado laboral estadounidense, que en mayo creó más empleos de lo que los analistas y el mercado esperaban. Sin embargo, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), la oficina federal que estima las series históricas mensuales, revisó a la baja los datos de marzo y abril en 95.000 unidades. Además, el otro método para contabilizar a los empleados, la encuesta de hogares, que es más volátil que la oficial, mostró una pérdida de 696.000 personas empleadas en mayo, debido a la salida del mercado laboral de 625.000 unidades.
Esta última cifra podría estar fuertemente influenciada por las deportaciones de inmigrantes, que Trump está implementando de forma muy agresiva y que en California ya están provocando protestas que yo definiría como mucho más que animadas, a las que Trump respondió enviando 2.000 reservistas de la Guardia Nacional y 700 marines. Es más, incluso consideró arrestar al gobernador de California, Newsom, culpable, en su opinión, de fomentar las protestas.
Los mercados han comenzado a notar algunas dificultades más de lo habitual para Trump, quien, tras la pelea con Musk, ahora se encuentra discutiendo con los gobernadores demócratas de importantes estados y con grandes manifestaciones de protesta.
Por esta razón, necesita urgentemente un éxito que pula su imagen empañada, o al menos distraiga la atención de los disturbios callejeros y su ya conocida incapacidad para lidiar con los dos escenarios bélicos (Ucrania y Gaza), que había prometido resolver en pocos días. Precisamente la posibilidad de un acuerdo con China sobre la compleja combinación de aranceles recíprocos, generales y sectoriales, y prohibiciones comerciales para sectores estratégicamente vinculados a la seguridad nacional, podría ser la victoria capaz de pulir la imagen ganadora del presidente, siempre a su antojo, y reavivar la confianza de los mercados.
Por esta razón, Trump parece dispuesto a hacer importantes concesiones a China para lograr un acuerdo (un TACO para todos, pero no para él) que se presente como una victoria. Hoy, las conversaciones en Londres deberían producir algún tipo de tregua, al menos parcial, en la guerra de aranceles recíprocos entre las dos superpotencias económicas y políticas.
Lo que vendrá no está claro, porque los chinos no se están dejando llevar por la corriente y prefieren una actitud expectante a la orilla del río, viendo pasar el cadáver del enemigo. Estados Unidos, por otro lado, se muestra optimista, pero todos saben que quien más cederá, también esta vez, será Trump.
Ayer, los índices bursátiles se mantuvieron en una actitud expectante, muy positiva, muy cerca de los valores del viernes. El Eurostoxx50 y los índices europeos perdieron algo, pero sin caer demasiado, mientras que en Wall Street los movimientos fueron mínimos y el SP500 y el Nasdaq100 cerraron en positivo por un pelo, mientras que el índice Russell2000 de pequeña capitalización (+0,57%) mostró algo más de optimismo.
Cabe recordar que el alza está perdiendo impulso a medida que se acerca al máximo histórico de los respectivos índices. De hecho, casi todos los índices muestran divergencias bajistas que llevan varios días presentes. Esto significa que la inercia alcista se está agotando y se necesita un nuevo impulso de confianza para reorientarlos hacia una dirección más marcadamente alcista y proporcionar el combustible necesario para implementar un impulso adecuado para superar el máximo histórico y digerir la divergencia alcista.
De no ser así, pronto se producirá una corrección.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa