Ya hemos hablado en nuestra web con gran detalle del deterioro de la situación económica en la zona euro, tal como lo refleja el indicador PMI, que el martes también presentó la capitulación del sector no manufacturero muy por debajo del nivel 50, lo que divide las perspectivas de desaceleración frente a los de crecimiento.
Los datos hicieron vacilar a los mercados europeos, que ayer tuvieron que hacer frente a otros dos datos no precisamente edificantes comunicados por la mañana: los pedidos a las fábricas alemanas en julio, que cayeron casi un -12% mensual, y las ventas minoristas de la eurozona, también en julio, cayó un -0,2% mensual tras el +0,2% de junio.
Ambas cifras son inferiores a las expectativas de los analistas.
Los nervios de los mercados cedieron y se vivió toda una sesión con signo negativo y con el Eurostoxx50 aterrizando en un mínimo de sesión de 4.224, justo en la media móvil de 200 sesiones.
Recuerdo que este promedio fue superado por el índice en la ya lejana sesión del 7 de noviembre de 2022 y desde entonces sólo se puso a prueba el 18 de agosto del año pasado.
Luego, tras un descanso momentáneo, se recuperó al final de la sesión.
Esta prueba de resistencia atrajo compras que generaron un repunte hasta 4.341, el máximo del 30 de agosto.
A partir de aquí comenzó la fase de nueva debilidad a corto plazo que estamos presenciando y que acumula hasta el momento 5 sesiones bajistas consecutivas.
Por tanto, no es de extrañar que ayer, a partir de ese mínimo de 4.224 que rozó la media a largo plazo, se iniciara una reacción de los compradores capaces de reducir las pérdidas y esperando con un poco de confianza la apertura de Wall Street.
Pero en los índices estadounidenses, que abrieron ligeramente a la baja, los datos del índice PMI de servicios cayeron a 15,45, pasando de 52,3 en julio a 50,5 en agosto.
No es tan malo como el de ayer en Europa, pero para una economía anunciada como robusta y capaz de evitar la recesión, parece ofrecer poco optimismo.
Sin embargo, a las 16.00 horas llegaron los datos del ISM servicios, que mide lo mismo que el PMI, pero con métodos diferentes, para dar la vuelta a la tortilla y presentar el dato de agosto en 54,5 y más frente al 52,7 de julio.
¿Cómo es posible confiar en dos institutos de investigación que transmiten datos tan divergentes?
El resultado sólo puede ser un aumento del escepticismo y la confusión, agravado por el resultado del componente de precios de la encuesta ISM, que ha subido más de 2 puntos hasta 58,9.
Si la confusión crece, te dan ganas de sacar provecho y esperar a que se deshaga la madeja.
Lo mismo hicieron los inversores estadounidenses, empujando el índice SP500 a la baja hasta perder más del -1% a las 19:00 horas en Europa.
La debilidad estadounidense devolvió el pesimismo a los índices europeos, que cerraron la sesión no muy lejos de sus mínimos, con el Eurostoxx50 en el -0,72% y el peor de la jornada, el Ftsemib italiano, arrastrado por las conspicuas ventas de los bancos y la huida del riesgo. al -1,54%.
Después de las 19 horas, Wall Street redujo un poco los saldos negativos, pero en cualquier caso envió a la historia una sesión para olvidar, con el SP500 al -0,7% y el Nasdaq100 al -0,88%.
La sesión de hoy debe elevar absolutamente los índices europeos para evitar errores. El colapso del promedio de 200 sesiones por parte del Eurostoxx50 sería extremadamente peligroso.
Los índices de Wall Street, aunque aumenta la probabilidad de que la corrección vuelva a alta mar, parecen sufrir menos y siguen más cerca de los máximos de julio que de los mínimos de agosto, especialmente el Nasdaq100.
En EE.UU. todavía existe el tipo de operadores que en Europa parecen estar al borde de la extinción, es decir, los que no se dejan asustar por los malos datos económicos gracias a la esperanza de que, si la economía se desacelera, la Reserva Federal volverá a cumplir con las tarifas.
El momento, sin embargo, es bastante delicado y abierto a cualquier resultado.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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