El comentario de Gerbino: Sin EEUU, Europa se confunde

Publicado el: 30/05/23 1:51 PM

Ayer, los mercados estadounidenses estuvieron cerrados por el Día de los Caídos, uno de los puentes habituales durante el año que el calendario permite a los estadounidenses relajarse. Pero este año los negociadores del acuerdo de compromiso entre republicanos y demócratas se retiraron del puente para volver a subir (el 79 desde 1960) el techo de la deuda federal, detenido por la pandemia en la astronómica cifra de 31.400 millones de dólares, que, en comparación con el PIB , supera el 130% y lleva unos años creciendo exponencialmente.

La buena noticia del fin de semana, totalmente esperada, si miramos el comportamiento de los índices estadounidenses el pasado viernes, es que el acuerdo parece hecho y debería ser votado el jueves por la Cámara y el próximo lunes por el Senado, justo a tiempo para evitar el agotamiento total de la Tesorería, en la que el viernes pasado solo quedaban disponibles $39 mil millones. Manteniendo un mínimo de suspenso queda el descontento explícito de buena parte de los republicanos, que querían mayores contrapartes que las obtenidas por su negociador McCarthy, y las que se esconden tras el silencio de los congresistas demócratas.

El acuerdo prevé la suspensión del techo hasta finales de 2024 pero a cambio se permite aumentar el gasto militar solo un 3% e incluso mantener sin cambios el gasto no militar.

Lo que significa, dado que la inflación supera el 4%, un recorte del gasto público en términos reales.

El principal mérito de este acuerdo, siempre que no haya problemas con la votación, radica en el escape por los pelos de un default técnico, que habría supuesto la rebaja de la deuda estadounidense por parte de las agencias de calificación y un aumento del coste de la financiación, como así como imprevisibles escenas histéricas de los mercados.

Pero ahí terminan los méritos, porque el recorte del gasto público en términos reales conducirá a un endurecimiento económico adicional, que se sumará al impuesto por el aumento de las tasas de interés y que debería aumentar la probabilidad de caer en recesión y disminuir las de suave aterrizaje.

Dado que el mercado ya ha aplaudido el escape por los pelos de antemano, no debería quedar mucho para extender el optimismo a esta semana, a menos que uno quiera inflar aún más la burbuja de la IA, que la semana pasada permitió que el Nasdaq brillara solo.

Estos razonamientos los debieron hacer ayer las bolsas europeas, que, tras un arranque alcista exultante, empezaron a pisar el freno y cerraron la sesión con todos los índices bursátiles del viejo continente forcejeando con el signo menos. Todos devolvieron algo de lo que escalaron el viernes pasado. Estoy hablando de decimales, ciertamente no de grandes porcentajes. Pero basta con subrayar de nuevo que, si la fortaleza del Nasdaq está a la vista de todos, también lo está la debilidad europea, lastrada por tener que reequilibrar la fortaleza mostrada desde septiembre de 2022 hasta marzo de 2023.

Si nos fijamos en el «spread ratio» (es decir, la relación entre dos índices) de Eurostoxx50 y SP500, vemos muy claramente que a partir de los días de las quiebras de los bancos estadounidenses se ha iniciado una corrección evidente de esta relación, en detrimento de el índice europeo.

¿Por qué se debilita Europa cuando quiebran los bancos estadounidenses? Además de las razones que involucran a los bancos centrales, con el BCE que tendrá que volver a subir las tasas, mientras que la FED puede haber llegado cerca del pico, también está la cuestión de si pesa el entusiasmo de las grandes empresas tecnológicas e incluso de los gigantes. mucho más sobre los bancos SP500, que se han beneficiado de estas quiebras, cuánto pesa la debilidad de los bancos regionales. En cambio, en Europa la debilidad del sector bancario es capaz de tener un impacto mucho mayor.

Hoy veremos si en EEUU la euforia post fin de semana largo consigue encontrar algún otro motivo para continuar la fiesta iniciada el pasado jueves, o si llega la toma de beneficios tras la noticia del final feliz del techo de la deuda.

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa


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