Continúa el lento pero inexorable ascenso de las bolsas de valores, que por ahora parecen estar atentas a la estacionalidad.
La estacionalidad es la tendencia a comportarse de forma estadísticamente recurrente en los distintos períodos del año. Quienes se han molestado en analizar la larga serie histórica del índice SP500 o del Dow Jones desde este punto de vista nos dijeron, por ejemplo, que el semestre noviembre-abril tiene una tendencia alcista enormemente superior al semestre mayo-octubre. Sería mucho más conveniente operar en invierno que en verano.
Además, mientras que los meses más optimistas del año son noviembre y diciembre (por lo que casi todos los años se espera un “rally navideño”), el de menor rendimiento es septiembre, seguido de octubre y agosto. Por tanto, se dice que la estacionalidad no espera grandes resultados en el trimestre agosto-octubre.
Sin embargo, este año el mes de agosto cerró en máximos históricos y estuvo marcado por una subida casi lineal y la ausencia de ese nerviosismo que producen casi todos los años los intercambios limitados por las vacaciones.
¿Deberíamos pensar, entonces, que la estacionalidad ha desaparecido este año?
Atención, porque un curioso ejercicio realizado por Sentimentrader, luego de mostrarnos que ha sucedido un par de veces que el SP500 cerró agosto en máximos históricos, nos dijo que cuando lo hizo, al mes siguiente resultó en pérdidas en el 80% de los casos. . Aún más curioso es el análisis de los 120 años de historia del Dow Jones. Aquí fuimos a hacer los cálculos en el bolsillo de un hipotético inversor que había comprado y mantenido el índice solo en los meses de septiembre y octubre de cada año. Bueno, habría logrado en los 120 años de historia del Dow Jones el desempeño nada envidiable del -74%.
Por tanto, las estadísticas parecen inducir a una extrema cautela para el mes de septiembre.
Pero, por ahora, y sin olvidar que solo estamos en el inicio, las bolsas occidentales no parecen dispuestas a adaptarse al estado de ánimo que la estacionalidad quisiera y sigue subiendo. También ayer el índice USA SP500 (+ 0.28%) subió el listón de su máximo histórico, llevándolo a 4.546.
Nasdaq100 (-0,05%) fue un poco más débil y no batió el récord. Ni siquiera el europeo Eurostoxx50 consiguió mejorar su límite anual fijado el miércoles, pero ha subido un poco (+ 0,11%).
El estado de salud del índice SP500 se evidencia en el hecho de que en las últimas 9 sesiones ha alcanzado 7 máximos históricos. Siempre unos pocos puntos, pero casi todos los días, proporcionando así una sensación de inevitabilidad, casi invencible, que infunde confianza en el observador.
Si me permiten una comparación deportiva, me acuerdo del gran saltador de pértiga Sergej Bubka, el primero del mundo en superar los 6 metros. Él, que ahora se ha convertido en un político en el parlamento ucraniano, estableció su primer récord mundial en 5.85 en 1984. Luego, en los años siguientes lo llevó al récord de 6.14 (que duró 20 años sin igual) con la belleza de 34 mejoras sucesivas (entre interior y exterior), casi todas de un solo centímetro a la vez. Se convirtió en una leyenda del deporte mundial. Un periodista le preguntó un día por qué siempre ajustaba el registro solo un centímetro. Él respondió con franqueza: “Para ganar más”. De hecho, la federación de atletismo de la Unión Soviética pagó un considerable premio en efectivo a los atletas que establecieron el récord mundial. No creo que sea solo una cuestión de dinero, sino también de imagen. Es obvio que aparecer en los periódicos 35 veces como quien mejoró el récord mundial genera una imagen de dominio muy superior a aparecer pocas veces.
Divagué un poco porque la historia de ayer habría requerido muy pocas líneas.
Nada nuevo bajo el sol. Los parámetros indicados ayer permanecen. Mientras el sol brille, quizás tímido o velado solo por raras nubes, significa que la presión es alta y el objetivo sigue siendo llegar a esa zona de 4.600 que se acerca cada vez más.
Entonces tal vez la estacionalidad se venga. Pero no ha sucedido hasta ahora.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa