Probablemente conozcas el restaurante de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC).
Esta cadena de restaurantes estadounidense suma más de cinco décadas y ha servido más de 20.000 millones de piezas de pollo frito en todo el mundo.
Sin embargo, al estudiar su historia vemos que hay algo más que pollo frito en su camino al éxito.
KFC fue fundado por el Coronel Harland Sanders, quien probó suerte en diferentes profesiones alrededor de 1930. Se estima que alrededor de 5 mil millones de personas han visitado un restaurante KFC en algún momento, y en un día cualquiera, el 8% de la población de la Tierra visitará un KFC. Sin embargo, no sucedió de la noche a la mañana.
Desde sus humildes comienzos como un pequeño restaurante con solo $100 en la capital, KFC se convirtió en una potencia internacional gracias a una cuidadosa planificación y un poco de suerte. En 1936, el Coronel Sanders tuvo lo que llamó su “momento eureka” cuando elaboró una nueva receta de pollo frito para su restaurante que lo hizo más crujiente. Este descubrimiento fue excelente para su negocio porque a la gente le encantó la nueva receta y no había otros restaurantes cercanos que ofrecieran algo similar.
Sin embargo, el Coronel Sanders perdió todo lo que poseía cuando su casa fue destruida después de ser allanada durante la Segunda Guerra Mundial. Luego se desempeñó como oficial de policía del estado de Kentucky antes de volver a la industria alimentaria.
La próxima vez que el Coronel Sanders intentó triunfar con el pollo frito fue en 1952 cuando comenzó a otorgar franquicias de su receta para restaurantes.
Después de todos estos años, KFC sigue siendo una de las marcas más conocidas del mundo y probablemente podamos agradecer al Coronel Sanders por eso.
¿Qué hizo que el Coronel Sanders tuviera tanto éxito?
1) Estableció un sistema para probar sus recetas y luego las mejoró hasta que quedaron perfectas.
2) Se centró en ingredientes de calidad.
3) Siempre estuvo abierto a nuevas ideas e innovaciones para mantenerse al día con las tendencias.
4) Retribuyó a la comunidad patrocinando equipos de Pequeñas Ligas y donando alimentos después de desastres naturales.
5) Siempre se presentó respetablemente. Incluía vestirse de traje y corbata, peinarse prolijamente y tener las uñas limpias en todo momento (incluso disponía de un cortaúñas especial para este fin).
6) Su misión era clara: “¡Cocinamos bien el pollo!”
¿Qué podemos aprender de esta historia? Se ha demostrado una y otra vez que la receta del éxito no es la misma para todas las personas.
Sin embargo, tanto en la vida como en los mercados no importa si eres el más listo, si no estás dispuesto a llevar a cabo un plan eficiente con constancia, es muy difícil conseguir las metas. A lo que se suma la constante mejora y crecimiento.
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