El martes 5 de noviembre, día de las elecciones americanas, se produjo un salto adelante en los mercados bursátiles.
Si la interpretación que los mercados dan a los dos candidatos es cierta, es como decir que los mercados han apostado por la victoria de Trump.
No sé si cuando leas este artículo ya se sabrá el resultado de las elecciones americanas.
Las probabilidades dicen que no será así.
Desde el máximo del Vix de 23,42 el 31 de octubre, por primera vez en mucho tiempo lo vimos caer 3 puntos hasta alrededor de 20,50.
Una caída significativa, casi precipitada, en línea con las estadísticas de un noviembre normal, un poco menos en un noviembre electoral, el mismo día de las elecciones.
Además, en este siglo, los doce meses posteriores a las elecciones siempre han sido en gran medida positivos, con excepción de las elecciones de 2000, en las garras de la burbuja de las puntocom: en ese caso, el año siguiente a la fecha de las elecciones, el S&P500 registró una caída mortal – 22%.
En 2004 e incluso en 2008 los doce meses siguientes fueron positivos, aunque sólo ligeramente (alrededor del +6-7% para el S&P500).
Sin embargo, los últimos tres años (2012, 2016 y 2020) fueron impresionantes: los resultados de los doce meses siguientes fueron respectivamente +24%, +21% y +38%.
Según el analista senior de Interactive Brokers, José Torres, a quien hemos citado en otras ocasiones por sus apreciados análisis, el clima bursátil hacia finales de año sólo puede ser positivo: independientemente de quién gane las elecciones.
Torres prevé sin embargo falta de homogeneidad entre las mayorías de la Cámara y del Senado y con respecto al color de la presidencia.
Como ha sucedido otras veces en el pasado, el arte del compromiso mediará entre dos partidos políticos que se han vuelto tan distantes.
No obstante, advierte Torres, será necesario monitorear los rendimientos de los bonos, como verdaderos indicadores de las tendencias del mercado.
Torres no lo dice explícitamente, pero la caída de los precios de los bonos del Tesoro desde el mismo momento en que Powell comenzó a anunciar la bajada de tipos es algo que ciertamente supone una advertencia muy fuerte.
Debería haber sucedido exactamente lo contrario.
Añadiremos que, junto con el gráfico del tesoro, la tendencia del oro será el segundo indicador clave.
Mientras tanto, esperamos que el mercado se suba al carro y fije así el posicionamiento para los próximos meses.
Tenga cuidado con la volatilidad: es posible que la dificultad de bajar aún no haya terminado.