El comentario de Gerbino: Frente a la pared

Publicado el: 7/12/20 2:22 PM

Hemos sido testigos de otra semana de alza en los mercados estadounidenses, la cuarta de las últimas cinco, que llevó al índice más representativo de la bolsa estadounidense (SP500) a mejorar repetidamente sus máximos históricos, hasta que se detuvo el viernes pasado justo frente a un muro psicológico respetable: 3.700 metros.

El último día de la semana dio los pasos que aún faltaban para llegar a la prueba de esta resistencia, que constituye una especie de encrucijada muy importante para el corto plazo. Su superación convencida, hoy, o en todo caso en los primeros días de esta semana, sancionará un salto cualitativo en la progresión alcista y sentará las bases para alcanzar niveles muy superiores en breve, por encima de los 4.000.

El arresto al pie de este muro y el posterior descenso por debajo de 3.594 sancionarán en cambio un retroceso más profundo, y aún más ortodoxo, para un mercado que en este momento está tan tenso como las cuerdas de un violín.

De hecho, los indicadores que expresan excesos alcistas son innumerables. Tanto los que tradicionalmente se ponen en los gráficos como los que miden el sentimiento de los traders. Todos revelan una propensión muy fuerte a ver rosa y un posicionamiento alcista extremo. Condiciones que suelen preceder a correcciones importantes.

La última vez que vimos situaciones similares (en realidad un poco peores, de alguna manera) fue a fines de agosto. Luego, estos extremos fueron seguidos, en la primera semana de septiembre, por la fuerte corrección bajista (alrededor del -10%), que terminó solo dos meses después.

Sin embargo, si es cierto que todos los excesos tienen los mismos síntomas, no es igualmente cierto que siempre produzcan las mismas consecuencias. La mayoría de las veces sí, pero hay una situación, que la teoría de ondas de Elliott ha delineado bien, en la que el mercado alcanza tales niveles de entusiasmo alcista que una corrección significativa se vuelve imposible. Estas situaciones se definen como “el corazón de la onda 3”. Wave 3, dentro del movimiento propulsor completo, que se desarrolla en 5 ondas, representa la que manifiesta mayor convicción del mercado. Una suerte de conciencia colectiva que supera las inhibiciones del sentido común y genera la máxima energía impulsiva de todo el movimiento. La fase inicial de la onda 3 acumula excesos como ocurre durante la manifestación de otros impulsos. Sin embargo, si el mercado entra en el corazón de la ola 3, se produce una especie de milagro, generado por el optimismo de la voluntad, que va más allá de todo realismo. El frenesí alcista se convierte en miedo a ser cortado del lado positivo y siempre atrae a nuevos compradores. En Estados Unidos llaman a esta psicosis colectiva FOMO (Fear Of Missing Out).

Cuando ocurre este fenómeno, los indicadores de exceso permanecen sobrecomprados incluso durante mucho tiempo y no regresan. Es obvio que tarde o temprano este estado de hipnosis colectiva terminará, pero antes de que esto suceda, es posible que haya recorrido un largo camino.

En el corazón de la onda 3, no se observan correcciones significativas, pero casi solo reversiones intradía o retrocesos leves que duran solo unas pocas sesiones. Es como si el estado de gracia nunca terminara. Una situación de este tipo se vio anteriormente desde principios de 2017 hasta enero de 2018, cuando se desarrolló la ola 3 del ciclo alcista anterior.

Lo que los mercados estadounidenses están llamados a mostrarnos esta semana es si ya están en el corazón de la ola 3 o si todavía están en el pico de la ola 1. Si pueden superar con confianza los 3.700 puntos con el índice SP500, entonces podemos asumir que están en el corazón de la tercera ola y no podemos esperar traspasos muy superficiales en las próximas semanas, hasta la consecución de metas muy ambiciosas por encima de los 4.000 puntos.

Si, por el contrario, el muro de 3.700 puntos consigue asustar al toro alpinista, obligándolo a volver al campo base, significa que lo que hemos visto sigue siendo solo la culminación de la fase inicial del movimiento alcista de la tercera ola. Este primer impulso es seguido generalmente por una corrección claramente visible, antes de presenciar los fuegos artificiales del corazón de la ola 3.

En este caso, el retroceso del índice debería alcanzar al menos entre 3500 y 3400 puntos.

Por eso la semana que empieza hoy es muy importante. Los ojos del mundo están puestos en el SP500 y su atracción determinará el destino de los otros índices.

Aquellos en Europa lucharon por traer a casa la señal positiva la semana pasada. Eurostoxx50 acaba de tener éxito, con un + 0,33% semanal que muestra el poco oxígeno que queda en las grandes altitudes alcanzadas en noviembre. Algunos índices de países individuales ya han marcado el ritmo, como el Dax alemán (-0,28%) y el FtseMib italiano (-0,78%). Asia se ha comportado un poco mejor, con resultados semanales positivos, pero también está a la espera de saber cómo se comportará Wall Street (nomen omen) frente al muro.

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa


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