Llegamos, con los mercados sustancialmente en los niveles más altos, a las largas vacaciones de Acción de Gracias, unas vacaciones muy sentidas en los Estados Unidos, hasta el punto de que se dedican incluso dos días de descanso laboral.
Una fiesta que tradicionalmente se celebra con reuniones familiares extendidas alrededor de la mesa sobre la que se encuentra el pavo relleno. Encuentros que este año suponen un peligro de contagio y harán la fiesta mucho más triste y diferente de lo habitual.
Los mercados estadounidenses están cerrados por completo hoy, mientras que mañana abrirán solo por la mañana y presumiblemente con pocos operadores activos, para cerrar sus puertas a las 19 europeas. Podríamos decir, por tanto, que la semana está prácticamente acabada, dado que es poco probable que haya noticias tan significativas como para sacudir al resto de mercados, que podrán realizar alguna salida improvisada hoy y mañana, pero con la duda de estar desalineados el lunes, cuando el líder de la manada estadounidense dictará la línea.
La impresión es que los remos del barco ya se tiraron ayer, ya que todos los mercados tuvieron una sesión apática y sin emociones. La fatiga ha prevalecido debido a la larga carrera alcista implementada en noviembre, particularmente en Europa, donde Eurostoxx50 (ayer + 0.11%, nuevamente gracias a la contribución de los índices periféricos) está terminando el mes con un aumento de +18 por hora, 7% que, si se mantiene hasta el final, representa de lejos el resultado mensual positivo más consistente en la historia de este índice.
No hubo temblores en EEUU, a pesar de la gran cantidad de datos macroeconómicos comunicados antes del largo puente. Entre ellos, destaca la recuperación del desempleo, destacada por las solicitudes de nuevos subsidios semanales que vuelven a crecer y más de lo esperado, lo que atestigua que las medidas anti-Covid introducidas en casi todos los estados durante la tercera ola siguen dando resultados inciertos contra el virus, pero con frenos cada vez más evidentes a la producción económica.
Mientras tanto, en Europa el virus está retrocediendo un poco en todas partes, en cuanto a curvas de infección y hospitalización, mientras que la tasa de mortalidad sigue aumentando, que son siempre los últimos datos para cambiar la tendencia. Los miedos a repetir los errores del verano empujarán a los gobernantes a reducir las medidas de contraste de forma muy paulatina, y esto supone un condicionamiento importante para la temporada de rebajas navideñas. Por tanto, todos los analistas económicos están ahora convencidos de ver una segunda etapa de la recesión en el cuarto trimestre de 2020, más suave que la del segundo trimestre, pero ciertamente capaz de anular los excelentes signos de recuperación observados en el tercero y alargar significativamente el tiempos para el retorno a la normalidad de producción previa al virus.
Sin embargo, el deseo de descontar la vuelta a la normalidad es grande y los índices, que ya no pueden subir con fuerza, ni siquiera pueden corregir significativamente.
Una especie de estancamiento en contacto con los máximos pospandémicos, con indicadores de excesos bastante cargados y un florecimiento de análisis que muestran una actitud extremadamente eufórica por parte de los inversores DIY, que han vuelto impetuosos, desde hace unos días, a la carga sobre Tesla, que en unos días entrará en la cesta del SP500, y sobre las acciones más demandadas en los meses de verano.
Sin embargo, la fuerte subida de precios de noviembre debería provocar un cierto flujo de ventas a final de mes o principios del siguiente por parte de las gestoras de fondos, que deben reequilibrar las ponderaciones en un nivel óptimo en sus carteras. Comprobaremos si la euforia será capaz de absorber también estos flujos.
Una inversión de los índices en unos pocos puntos porcentuales sería lo más lógico y saludable, pero en un contexto eufórico, la lógica se deja de lado.
Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa
Price action quiere decir acción del precio, se trata de una técnica de trading basada en analizar el precio de un activo sin tener presente nada más. Mientras que el pinbar es una vela que en la mayor parte de las situaciones indica una reversión, un rechazo de los precios más altos o más bajos, según sea la tendencia previa. Veamos estas estrategias para elaborar planes de éxito en los mercados con el gran trader Daniele Lavecchia el 26 de noviembre a las 18:30 (hora España). INSCRÍBETE.