De los pocos motivos que podrían dar forma a esta sorpresiva decisión de la Fed, son los intereses de la deuda gubernamental en Estados Unidos, que no solo crece a un ritmo exponencial, sino que ya supera el gasto en defensa militar del gobierno.
No obstante, la Fed ha pecado de irresponsable, permitiendo que la narrativa tan dispar entre 25 y 50 puntos básicos esté tan vigente en el mercado, en lugar de marcar una hoja de ruta más clara que le permitiese al mercado ir descontando el movimiento en la reunión de septiembre y evitar picos de alta volatilidad, tal y como descuenta el mercado de Opciones.
Los mercados han ido muy lejos descontando una recesión, principalmente apoyados por una debilidad del mercado laboral, y porque consideran que la Fed se ha quedado atrás respecto al resto de bancos centrales que ya han iniciado los recortes de tipos.
Sin embargo, llama la atención la disparidad entre optimismo y pesimismo, principalmente basados en la narrativa de que la economía de Estados Unidos está muy débil y al borde de la recesión, pero…¿la economía de EE.UU. está tan débil como se piensa?
Recientemente la Fed de Atlanta publicó sus estimaciones de crecimiento futuro apuntando al 3%, siendo un nivel más alto que el que se vio en la reunión de julio del FOMC.
Una economía que crece a tal nivel, no puede indicar recesión inmediata.
Muchos achacan esta narrativa al mercado laboral y su reciente debilitamiento.
Es cierto que el ritmo de nuevas contrataciones se ha debilitado y que existe un enfriamiento, sin embargo, enfriamiento y debilidad no son lo mismo que un deterioro agudo de la economía. Y más si consideramos el último dato de desempleo que descendió una décima hasta el 4,2%, es decir, no hubo nuevos repuntes y se mantuvo por debajo del dato previo.
Además, si atendemos al índice de condiciones financieras que elabora la Fed de Chicago, dicho índice está en zona de mínimos. Esto significa que las condiciones financieras siguen siendo favorables.
Más allá de todo esto, conviene recordar que el paralelismo de las caídas vistas en 2007 ante el inicio del recorte de tipos, nada tienen que ver con el contexto actual de mercado como muchos buscan afirmar con un sesgo completamente erróneo, puesto que la actual situación no se asemeja en nada a la crisis hipotecaria vivida en 2008.
Sin embargo, el contexto actual y proyección futura del mercado una vez inician los recortes, tienen un catalizador muy claro: descartar o confirmar un escenario de recesión.
En caso de un deterioro mayor de la economía y una entrada en recesión, las proyecciones estadísticas del mercado son completamente bajistas con caídas en agregado de dos dígitos, mientras que el hecho de evitar la recesión severa mediante soft landing o no-landing, llevaría al mercado a rendimientos positivos a nivel estadístico a lo largo de la historia.
Ahora nos encontramos en esta narrativa, es por ello que la evolución del mercado dependerá de que la macro confirme que se ha logrado evitar la recesión, o por el contrario, que el debilitamiento se vuelva agudo y los indicadores de recesión se disparen, y con ello las caídas en el mercado.
Este texto fue realizado por Franco Macchiavelli, analista de mercados independiente.
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