La semana pasada, uno de los inversionistas más experimentados y reconocidos de todo el mundo, el señor Jim Cramer, trader experto con más de 40 años en los mercados financieros, y panelista recurrente de la cadena CNBC, publicó un artículo muy interesante donde defendía que estamos viviendo la mayor redistribución de riqueza en la historia de la humanidad, gracias a los estímulos estatales, y otras medias para apoyar la economía, sin embargo, a la luz de la definición y utilizando algún concepto que el mismo menciona, y con absoluta humildad y respeto por el reconocido panelista, este autor va a discutir algunos puntos importantes, para que el lector de este artículo pueda tener un panorama más amplio y decidir si efectivamente Jim está en lo cierto.
Para empezar, me gustaría citar una definición completa y sencilla traída de la página web de la empresa eco-finanzas acerca de qué es la redistribución en la riqueza: “Transferencia de Bienes, y en especial de Rentas, de unos sectores a otros de la población, para hacer la Distribución de la misma más homogénea.” Se resalta la palabra homogénea, porque definitivamente es el significado con base al cual se va a defender una postura diferente en este artículo, ya que desde un simple hecho en los mercados bursátiles, se tienen evidencias de algo diferente.
Los gobiernos centrales están inyectando cifras récord de dinero en la economía de los países, Estados Unidos con más de 3 trillones de dólares, y la Zona Euro con más de 1.3 trillones de dólares, son los dos que más se destacan, buscando con esta vía la disponibilidad de efectivo en la calle y que los consumidores salgan a comprar en los diferentes negocios y comercios, y de esa forma, estimular la economía.
Los más románticos y algunos más polémicos, celebraron este tipo de medidas, pensando que por fin esto iba a ayudar a que las clases más bajas y las personas más necesitadas, tuvieran acceso a unas mejores condiciones de vida, y ayudara a desigualdad. Y que a su vez esto soportara los pequeños negocios que han sido los más afectados durante la epoca del Coronavirus.
Sin embargo, ellos no sabían que la diferencia de realidades económicas, en la gran mayoría de los casos no está en el dinero que pueda llegar a manos de esa persona, sino en el uso que ella le pueda dar, desde la educación financiera que tenga. Y desafortunadamente, muchos de esos auxilios fueron destinados a compras no de primera necesidad, y mal gastados muchas veces, y adicional a esto, ni siquiera en los pequeños negocios, sino en las grandes superficies, empresas gigantes que tal vez tenían más recursos para pasar esta época de mejor forma a los de otras compañías.
No es una casualidad que el primer índice que alcanzara nuevo máximo histórico fuera el NASDAQ100, activo que refleja la fortaleza de las 100 empresas tecnológicas más grandes de todo el mundo. Y que por otro lado, el Russell2000, índice que reúne a las 2000 compañías de pequeña capitalización más importantes del mercado, que muchas veces es un termómetro más acorde a la realidad económica de Estados Unidos. Pues mientras los más optimistas pensaban que la recuperación de la bolsa reflejaba la recuperación económica, se les olvidó que la bolsa en la gran mayoría de las ocasiones no refleja el futuro de la economía, sino el futuro de las grandes empresas.
Lo cual, es un signo claro que mucha de esta redistribución de la riqueza, realmente no está sucediendo de forma homogénea como dice su significado, sino que nuevamente está volviendo a las mismas manos de antes, a los mismos gigantes, que con la oferta de sus productos y servicios, siguen incrementando la brecha que hay entre las clases.
Adicional a esto, hay otro hecho que resalta bastante Jim Cramer, y es el tema del distanciamiento social, que evidentemente está afectando a los pequeños comercios, que en su mayoría no tenían la infraestructura para triunfar en el universo online, o que de pronto no cuentan con el reconocimiento y la confiabilidad, que atraiga más consumidores. Mientras que los gigantes posicionados, además con ofertas inéditas, han visto como en la medida de lo posible, sus ventas se han mantenido.
Y mientras los gobiernos vuelven a preocuparse por el nuevo escalamiento de contagios, que posiblemente haga necesario volver a medidas más estrictas, los pequeños negocios seguirán lamentándose en lo que pudo ser gracias a las buenas intenciones del gobierno, pero que no va a ser posible, al menos, hasta que haya cambios drásticos en la sociedad, y en especial en la inteligencia financiera de las personas.
Carlos Guayara
Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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