Reflexiones Pre-2020

Publicado el: 12/12/19 12:44 AM

Mientras nos acercamos al final del año, los inversionistas empiezan a planear estratégicamente su próximo año, y con eso en mente, sería bueno hacer un par de reflexiones que nos permitan anticipar de alguna manera los movimientos de los mercados durante el 2020.

Desde el final de la gran recesión los bancos centrales a nivel mundial, han tenido que enfrentar el gran desafío de ahuyentar los vientos deflacionarios de la economía mundial, intentando impulsar la inflación hacia el objetivo del 2%. Tanto la Reserva Federal, como el Banco Central Europeo, así como el Banco del Japón han fallado en esta tarea a pesar de haber atacado este problema con medidas sin precedentes.

Una de las principales causas de esta derrota a lo largo de la década, es un cambio de política monetaria antes de tiempo. El mejor ejemplo lo encontramos en Estados Unidos donde la Reserva Federal ante los datos positivos de empleo, y una aparente reacción agresiva de la inflación, recortó agresivamente la base monetaria en la economía desde diciembre del 2016, hasta diciembre del 2018.

En este periodo de tiempo la FED retiró de la economía un total de $1 trillón de Dólares, un 25% del total de la base monetaria de la economía, un movimiento sin precedentes en un periodo de tiempo tan pequeño.

El resultado inmediato de estos movimientos fue un duro golpe deflacionario a la economía. Durante este periodo de tiempo las expectativas de recesión se dispararon, lo que causó entre otras cosas, que los bonos del Tesoro de 10 años se negociaran cerca de los mínimos históricos del 2012.

Si bien el mercado de empleo en la primera economía del país se mantuvo estable, podemos asumir que los bancos centrales a nivel global, y en especial la Reserva Federal pudieron experimentar de primera mano qué es lo que pasa cuando se cambia de política monetaria tan agresivamente antes del objetivo inflacionario, lo que los debe llevar a sacar conclusiones claras de lo que deben hacer en el próximo año: comprometerse a fondo con políticas económicas deflacionarias y naturalmente evitar la adopción de políticas que estrechen la oferta monetaria, antes de que la inflación se encuentre tranquilamente sobre el objetivo del 2%. Así lo recalcó el director de la Reserva, J. Powell durante su rueda de prensa del pasado 30 de octubre.

No solamente el banco central americano vio su error al disminuir la base monetaria, tanto el Banco Central Europeo, como el Banco del Japón cambiaron sus políticas a lo largo del este 2019, y hoy ambas entidades transcurren un camino de políticas que estimulen el crecimiento de la inflación. Con eso en mente, la economía mundial debería experimentar una ampliación de la economía monetaria en varias zonas económicas vitales para el crecimiento global.

Todo lo anterior se traduce en un concepto simple para el próximo año: Crecimiento sostenido. Así lo proyectan la mayoría de indicadores técnicos. Adicionalmente, hemos experimentado una agresiva rotación de portafolio de los inversionistas a nivel mundial, dejando de lado activos considerados como refugio, en búsqueda de mayores retornos.

En el caso del mercado americano, se ve un menor rendimiento de acciones de sectores defensivos, mientras fluyen recursos a empresas en sectores más cíclicos, lo que demuestra cómo los inversionistas se anticipan a un periodo de crecimiento.

Fuera de la política económica, tanto la guerra comercial como el posible impeachment del presidente Trump posan como una amenaza para el crecimiento económico. Sin embargo, ambos escenarios parecen evolucionar positivamente.

La reciente valorización de los futuros del cobre, indican que China y Estados Unidos están acercando sus posturas, mientras las posibilidades de que el presidente Trump deje su cargo antes del final del periodo parecen realmente bajas.

Mirando hacia adelante, hay que también admitir que el actual periodo de expansión económica si bien es el más largo de la historia, naturalmente se hace cada vez más frágil. Nos deja la duda siempre constante de cómo atacarían los bancos centrales una posible nueva recesión con los actuales niveles de tasas de interés tan bajas a nivel mundial.

Las políticas monetarias han demostrado ser afectadas también por los famosos rendimientos decrecientes, y de cara a un recalentamiento de las economías mundiales, los bancos centrales van a tener que ser tan creativos como lo fueron durante la década que se está terminando, echando mano de un arsenal de herramientas tributarias, fiscales, y de oferta económica. Por el momento, sabemos que, en el mediano plazo, el crecimiento económico se debe mantener a un ritmo.

By Esteban Peñaloza

Colaborador del Instituto Español de la Bolsa