El comentario de Gerbino: El verdadero poder no está en Europa

Publicado el: 16/09/21 11:43 AM

Ayer los mercados de valores nos mostraron claramente quién tiene el poder y quién no.

Comparemos la gráfica de SP500 y la de Eurostoxx50. El primero representa el mercado de valores estadounidense y es el punto de referencia para los índices bursátiles de todo el mundo. Si desea probar cualquier índice bursátil, simplemente compárelo con SP500. También es el índice más líquido y eficiente del mundo, la bestia negra de los gerentes, que difícilmente pueden superarlo con su desempeño. El segundo representa la renta variable de Euroland y es el punto de referencia solo para los índices de las bolsas de valores europeas, que comparan con él para ver su eficiencia en comparación con sus primos europeos.

Esta diferencia de rango ya lo dice todo. Pero si los comparamos directamente podemos observar, incluso antes de la sesión de ayer, la debilidad crónica del índice europeo frente al americano.

A modo de ejemplo, el 7 de marzo de 2000 el índice europeo valía más de 5400 puntos, 4 veces el valor del SP500, que estaba en 1350. Ese fue el momento de máximo esplendor del Eurostoxx50 en comparación con el SP500. Desde entonces hemos visto inexorablemente, intercalado sólo con correcciones momentáneas, el descenso de la fuerza relativa del índice europeo. En septiembre de 2002 el ratio Eurostoxx50 / SP500 cayó por debajo de 3, en 2011 cayó por debajo de 2. En medio del colapso de la pandemia, el 10 de marzo de 2020, la paridad se marcó, en 2.900 puntos para ambos índices. Tras unos meses de equilibrio, incluso la paridad se ha convertido en un espejismo y SP500 ha superado el valor de Eurostoxx50, para acumular en las últimas semanas entre 200 y 300 puntos de gap a su favor.

La sesión de ayer dio una nueva aceleración a este proceso de dominación estadounidense (si se prefiere, de declive europeo, matemáticamente es lo mismo). Las actuaciones del día son emblemáticas. Eurostoxx50 pasó prácticamente toda la sesión bajo el agua, acelerando drásticamente la caída de la tarde para cerrar en los mínimos de la sesión de 4.146 (-1,09%).

SP500, en cambio, abrió justo por encima de los valores del cierre anterior, vio un pequeño signo negativo solo por unos minutos y, habiendo constatado que los mínimos de la sesión anterior no estaban en peligro, aterrizó un rebote que se ha convencido cada vez más, hasta cubrir toda la negatividad de la sesión anterior y cerrar en 4.481 (+ 0,85%). No escapará al lector atento que la sesión de ayer por sí sola amplió la brecha a favor del SP500 en 84 puntos en un solo día (alrededor del 2%), llevándolo a 335 puntos. Y, para meter el cuchillo en la herida, ayer ya subía la SP500 cuando Eurostoxx50 recorría el camino de la cruz hacia los mínimos, en las dos últimas horas de su sesión.

Los comentaristas de los medios de comunicación especializados hoy se devanarán los sesos para justificar esta enorme divergencia de comportamiento. Dirán que Europa se vio afectada por los malos datos provenientes de China, que hicieron patente la ralentización del crecimiento que se percibía desde hace semanas, provocada por el repunte de agosto de infecciones por la variante delta. Además, en China existe la amenaza de un incumplimiento importante. El elefante en la cristalería es Evergrande, un gigante inmobiliario ahora al borde del precipicio. El lunes, los acreedores rechazaron el plan de reestructuración de la deuda vencido durante el fin de semana y no cumplido, mientras crece la línea de ahorradores que quieren que les devuelvan su dinero, apenas retenidos por seguridad fuera de las puertas de la oficina de GuangZhou. El problema para las autoridades chinas es que este gigante está en deuda con una red de 128 bancos y 121 instituciones financieras paralelas. Además, otros gigantes del sector inmobiliario y financiero se enfrentan a una crisis de liquidez y el efecto dominó está a la vuelta de la esquina.

Pero, me pregunto, si esta es la razón del temor europeo, ¿por qué los índices estadounidenses están desairando a China esta vez?

Otros culpan de la debilidad europea al sector energético, que ha sido diezmado por el temor a medidas para calmar los precios de las facturas del gas y la luz. Pero incluso esta motivación no satisface mucho, ya que el costo de la energía penaliza de la misma manera al mundo entero.

Por eso propongo renunciar, una vez más, a buscar razones lógicas para un fenómeno que ha durado algún tiempo y se acentúa en momentos de incertidumbre. Este fenómeno no es otro que la falta de atributos de la renta variable europea.

Eso sí, si hoy continúa el repunte americano, es posible que algo también se recupere en Europa. Pero a pesar de las previsiones económicas, que prevén una probable ralentización del PIB estadounidense en el tercer trimestre, aunque todavía atribuyen una aceleración del crecimiento a Europa, lo que nos muestran los índices bursátiles es exactamente lo contrario: fortaleza del SP500 y debilidad del Eurostoxx50.

Por tanto, la Europa de hoy tendrá que volver a confiar en la atracción estadounidense y esperar que sea suficiente.

Si S P500 hoy superó los máximos de ayer y aterrizó por encima de los 4.500 puntos enviaría una excelente señal direccional hacia nuevos máximos históricos y para el cumplimiento de su objetivo que lo espera en 4.600.

Europa se lo agradecería, pero no es seguro que logre alcanzar su máximo anual. Es necesario que también le ponga un poco de lo suyo.

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa