El comentario de Gerbino: Octubre empieza con un buen rebote

Publicado el: 4/10/22 10:39 AM

Tres cuartos de descenso. Un mes de septiembre para olvidar. Los indicadores gráficos de exceso de sobreventa (pero con divergencias alcistas en formación) en el principal índice estadounidense SP500, la guía de acciones mundiales.

Todo ello son síntomas de un fuerte estrés para una bolsa que lleva demasiado tiempo sufriendo y que en septiembre canceló por completo, tanto en EEUU como en Europa, la magnífica subida de 2021, volviendo a valores casi prehistóricos, los que marcó al inicio época de las elecciones estadounidenses de noviembre de 2020, que (a duras penas) desbancaron a Trump de la Casa Blanca para instalar al viejo citrullo Joe Biden y demostrar en los siguientes meses que los estadounidenses en la historia de los últimos veinte años tienen una marcada predisposición a casi siempre pon lo peor al mando. No sólo a la Casa Blanca, sino también a la FED, a la que hay que atribuir gran parte de la responsabilidad de este desastre económico hecho de inflación (todavía muy presente) y recesión (en camino).

Pero la dinámica de los mercados hace que cuando el pesimismo alcanza ciertos niveles entre los operadores (podría enumerar varios indicadores que los miden muy alto) se convierte en portador de rebotes.

Se necesita un catalizador para encender el interruptor y eso es todo.

Ayer tuvimos una serie de catalizadores. El primero es, sin duda, haber pasado la página del calendario. Los administradores y la industria de administración de activos son sensibles al examen de los clientes, que se realiza con la presentación de estados financieros. Trimestralmente se calibra su perspectiva operativa, que es la de los informes operativos de los fondos. Por tanto, si al final del trimestre sacan las cuentas (este año siempre amargo, hasta ahora), al principio del siguiente periodo marcan las nuevas estrategias. El cambio de trimestre es una oportunidad de pasar página también para los iniciados.

El otro elemento que debe haber traído algo de confianza, después de la ominosa anexión de los territorios ocupados en Ucrania a Rusia y la amenaza de Putin de usar armas nucleares tácticas, llegó el fin de semana, cuando la inteligencia estadounidense anunció que los rusos aún no están haciendo nada para señalar la preparación para el uso de misiles nucleares. Además, ayer, el portavoz de Putin, Peskov, calmó un poco las cosas, argumentando que las armas nucleares son una posibilidad, pero que deben usarse solo de acuerdo con los criterios de la doctrina militar rusa, que es cautelosa y no emocional.

Otra señal de resiscencia vino del gobierno británico, que, tras el desastre causado a la libra por el anuncio de la rebaja de impuestos para los ricos, dio marcha atrás, afirmando que no se reducirá la tasa máxima del impuesto sobre la renta. Y, con poca frecuencia en política, pero bienvenido, también se disculpó, diciendo que se equivocó y escuchó la voz de la gente (y de los mercados, podría agregar).

Finalmente, también llegaron algunos rumores de que en la casa de la FED, que pudo haber hablado de ello en la reunión extraordinaria celebrada ayer a puerta cerrada y sin comunicados de prensa, hay algunas voces que advierten contra el exceso de agresividad, que puede acentuar mucho el frenado de la economía, ya en marcha. También porque ayer una agencia de la ONU (UNCTAD, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) publicó un estudio que muestra fuertes efectos recesivos especialmente en los países más pobres del mundo debido a las políticas agresivas de los bancos centrales de los países ricos, y llama a subidas de tipos para detener. Sabemos lo importante que es la ONU, pero no deja de ser una voz supranacional que pone algunas pulgas en los oídos de Powell & c.

Una pulga que podría hacer su trabajo si solo llegaran más señales de desaceleración a los EE. UU. Y ayer llegó uno. De hecho, el índice manufacturero ISM de septiembre, el que mide el estado de ánimo de los directivos estadounidenses, agachó la cabeza y se detuvo en 50,9, menos de lo esperado en 52,2 y a menos de un punto del nivel 50, que separa las expectativas de crecimiento de las de recesión. La dirección parece estar marcada y EEUU también se encamina hacia la recesión.

La noticia, que en otros contextos se habría tomado como una señal de fatalidad, esta vez impulsó a los compradores, bajo el razonamiento de que, si la recesión avanza, también deberían notarlo en la FED y tal vez podrían frenar las agresivas alzas en Precios un poco antes Tasas de interés.

Así, los rendimientos de los bonos comenzaron a caer con fuerza (incluso en Europa, por simpatía) y las acciones comenzaron a repuntar, logrando finalmente interrumpir la serie de sesiones negativas también en los EE. UU.

El cierre europeo fue positivo, aunque no de manera llamativa: Eurostoxx50 marcó +0,72%, que sin embargo se suma al +1,19% de la última sesión de septiembre y nos permite volver a probar el antiguo soporte desde los mínimos de julio ( 3.357), que ahora actuará como resistencia.

Wall Street cobró impulso y vivió finalmente transcurrió una sesión toda en recuperación, más con el SP500 (+2,59%) que con el Nasdaq100 (+2,36%), ligeramente lastrado por la caída de Tesla superior al -8%.

Ha comenzado pues el rebote y hoy veremos si tiene piernas para continuar y consolidarse. La primera resistencia importante, que debe ser superada por el SP500, es la zona entre los 3.737 y los 3.750, donde sigue abierto un gap bajista desde el pasado 23 de septiembre.

Cerrarlo y extender el lado positivo sería un gran comienzo.

Pierluigi Gerbino – Analista del Instituto Español de la Bolsa