Durante la presente crisis se ha hecho más necesario y rentable que nunca, la frase cliché de mirar siempre hacia el futuro, pero definitivamente, durante la situación actual de cuarentena obligatoria en la mayoría de los países, los negocios que no tenían herramientas tecnológicas están sufriendo el doble, y las empresas diseñadas para facilitar la vida de las personas, de a través de avances tecnológicos están viendo con creces su inversión en la economía del futuro.
A pesar de estar en la llamada cuarta revolución industrial, muchas empresas han fallado en innovar en su modelo de negocio, y vienen haciendo las cosas igual, a lo que hacían hace 10, 20 o 50 años, sin grandes cambios en la tecnología, y sin una buena adaptación al estilo de vida actual. Sin embargo, debido a su Good Will, o a su posición dominante en el mercado, seguían disfrutando de una alta demanda de productos, y su base de clientes era relativamente sólida.
Pero, la pandemia llegó, varios gobiernos tomaron la decisión de vetar la salida a la calle como medida de protección social, disminuyendo la interacción entre las personas, llevando el consumo hacía lo más básico, y haciendo que las salidas a la intemperie fueran únicamente para lo estrictamente necesario. Lo cual empezó a afectar en especial a los negocios de consumo que no tenían servicio de e-commerce, o de los cuales se ha dado cuenta la gente que no eran absolutamente indispensables.
Por ejemplo, negocios como el de WeWork o Regus, a pesar del músculo económico, Good Will, y lo indispensables que se consideraban en un momento, hoy están sufriendo por el aplazamiento en el pago de varios contratos, y de hecho, está haciendo reevaluar a sus clientes, qué tan fundamental es ese costo recurrente.
Cadenas de restaurantes o supermercados sin una presencia fuerte en el E-commerce igual están lamentándose no haberse adaptado antes a las nuevas tecnologías, y ven como sus competidores como Amazon y Wal-Mart se llevan los pedidos de sus clientes. Bares, parques temáticos, y sitios de entretenimiento en general han tenido que reinventarse, y prestar servicios online, así no les generé ingresos, pero con la intención de no salir de la cabeza de sus clientes habituales, y esperar a que cuando pase esto, estas personas quieran volver lo antes posible a usar sus servicios.
Y sectores como el turismo o la aviación, dónde definitivamente no tenían mucho campo de acción para tomar medidas correctivas, pero que tal vez estén pagando ahora lo momentos de opulencia, cuando se podían dar el lujo de cobrar 2, 3 o 4 veces su precio justo, ante la gran demanda por sus servicios, son otros de los más grandes afectados.
Lo preocupante es que varios estudios dicen que podemos estar ante la peor recesión desde el crash de 1929, y que la vida social y la economía podrían no normalizarse hasta la segunda mitad del año 2021, lo cual lleva inmediatamente a pensar, que negocio que no tome las medidas adecuadas ya, por más trayectoria que tenga en el mercado, dentro de 2 años podría no existir.
Por eso es fundamental ir siempre a la vanguardia de las nuevas tendencias, las nuevas generaciones llegan con hábitos de consumo muy diferentes a las personas de mayor edad, y si una empresa se queda esperando satisfacer únicamente a una porción de la población que le ha mostrado fidelidad, se está matando lentamente con cada día que pasa.
Por el contrario, servicios de uso masivo y de muy bajos costo, como Amazon o Zoom, seguirán disfrutando de las mieles de haber generado una estructura de negocio basada en el servicio y la accesibilidad, entendiendo que no es necesario cobrar fortunas, sino sencillamente hacer algo muy bien, a un precio justo, para que mucha gente lo disfrute.
Esteban Peñaloza
Estratega del Instituto Español de la Bolsa
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