Los números de infectados y fallecidos por el Covid-19 siguen en aumento, y mientras la sociedad y la economía siguen sufriendo los efectos de la cuarentena y demás medidas para tratar de controlar el virus, seguimos viendo datos que generan preocupación como el del día 26 de marzo donde se reportó el mayor número de peticiones de desempleo en la historia de Estados Unidos, subiendo de un mes a otro, casi en 2 millones 800 mil casos nuevos.
Además, las métricas sobre consumo en todo el mundo han estado bajando a niveles de mínimos de muchos meses, lo cual estaba incidiendo directamente en los índices accionarios a nivel mundial, que en promedio llegaron a estar cayendo un 30% como se puede ver en la siguiente gráfica.
Y a pesar de que los grandes bancos centrales, estaban tomando medidas conjuntas para frenar esto, la hemorragia parecía no terminar, hasta que el gobierno estadounidense nos recordó que estamos en año de elecciones, y que la situación que se estaba viviendo podía ser vista como la oportunidad más grande para asegurar la reelección, salvando la economía y las bolsas de la peor crisis desde el 2008.
Así se puso en marcha el mayor paquete de rescate económico visto hasta ahora, donde el gobierno del presidente actual de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de recibir el apoyo del senado para inyectarle a la economía 2 trillones de dólares, en un programa que no se ha visto ni en un país de izquierda, con lo cual la esperanza volvió a los analistas y hemos podido ver los primeros signos de recuperación.
Al cierre de la sesión, completamos la mayor subida de los índices americanos desde 1931, técnicamente ya no estamos en mercado bajista, y de seguir así la recuperación, sería la más rápida de los últimos crashes, pues la de 1987, 2002 y 2008 se hacían demorado 4, 20 y 22 meses respectivamente.
Y mientras varios críticos argumentan que no es la forma correcta de tratar la pandemia, y que se va en contra de varios principios del capitalismo puro, la verdad es que era algo necesario para el mercado, y esperamos que desde la solidez que pueda haber en la bolsa, las empresas traten de tener la mayor estabilidad posible, y conservar todos los empleos que se puedan, pues había muy alta preocupación sobre la tasa de destrucción de empleos que se venía generando.
Y aunque uno de los mayores beneficiados, claramente va a ser el presidente Donald Trump, y quedará muy bien perfilado para las elecciones venideras, lo cierto es que muchas personas hoy agradecen estas medidas, la economía mundial reza para que más países puedan tomar medidas similares, y apoyar a muchos empresarios y empleados que están pasando dificultades.
Esteban Peñaloza
Estratega del Instituto Español de la Bolsa