El comentario de Gerbino: ¿Liderará Europa la reducción?

Publicado el: 15/10/20 2:05 PM

En el último comentario destaqué la incapacidad del mercado para continuar con el rally de la semana pasada y la expectativa de que la corrección, por ahora pequeña y parcial, llegaría esta semana para probar la zona de las 3.460 del índice SP500.

La sesión de ayer cumplió con estas expectativas y, sin demasiadas prisas, hizo que el índice estadounidense hiciera un primer tramo en esa dirección. El índice de las 500 mayores empresas de Wall Street alcanzó un mínimo de sesión en 3.480 para cerrar en 3.488 (-0,66%). Es probable que los aproximadamente treinta puntos que faltan en el apoyo se establezcan en la sesión de hoy.

Pero una cosa es esperar la prueba y otra muy distinta esperar un descanso.

El movimiento que hizo el mercado todavía parece bastante correctivo y sin esa impulsividad que generalmente se ve cuando cambia el ánimo colectivo.

El estado de ánimo para octubre fue decididamente optimista en la primera mitad del mes. Para ver el cambio no basta con corregir hasta el primer soporte importante, sino que hay que romperlo. El declive de las dos últimas sesiones aún no se ha decidido suficientemente. Dos caídas diarias de menos de un punto porcentual, aunque consecutivas, no dan la impresión de una prisa por cerrar posiciones o de operaciones agresivas por parte de los bajistas.

Por lo tanto, todavía hay posibilidades de que el mercado repunte en el soporte, gracias a compradores débiles que esperan en el soporte la oportunidad de hacer un trato y comprar a precios ligeramente más bajos aquellas posiciones que quizás se liquiden al alcanzar nuevos máximos históricos.

Seamos claros: habría una avalancha de motivos reales para bajar el índice, empezando por la pandemia que no se rinde. De hecho, especialmente en Europa, está asumiendo las dimensiones de la tan temida, anunciada pero no suficientemente enfrentada “segunda ola”. Luego podemos sumar las incertidumbres electorales, a la espera de los movimientos desesperados de Trump para recuperar el desapego que le atribuyen las encuestas, mientras el reloj de arena hace correr inexorablemente la arena hacia el 3 de noviembre. Pero también el estancamiento del American Support Plan, que está produciendo un aumento de las quiebras y los parados, mientras se agotan los subsidios de las anteriores medidas de primavera.

Es cierto que la temporada trimestral, que acaba de comenzar con algunos grandes bancos, nos está trayendo sorpresas sensacionales y positivas en los resultados del tercer trimestre. Pero tenga cuidado de no dejarse engañar: las crecientes ganancias de los bancos provienen de las actividades comerciales y de inversión y están motivadas por la fuerte subida de los mercados y por el aumento de las operaciones de los “pequeños Soros del encierro” que en el verano montaron y magnificaron la recuperación desmotivada de los índices más allá de sus máximos históricos, en medio de la peor recesión de la posguerra. La actividad tradicional, la de financiar la economía real, está marcando el paso, como lo demuestra el informe trimestral de Bank of America, más centrado en los negocios comerciales tradicionales.

No faltan razones objetivas para bajar, pero el mercado sigue dominado por aspectos emocionales y perceptivos, orientados a descontar un futuro optimista, al menos para las grandes corporaciones que dominan los índices. Hasta que el miedo de “perderse algo” (en jerga se llama FOMO) no sea reemplazado por el miedo a un nuevo golpe bajista, el estado de ánimo no cambiará en la medida necesaria para desarrollar una onda bajista capaz de alcanzar los mínimos del 24 de septiembre y quizás romperlos, concluyendo la corrección en la zona 3.100. Esta sigue siendo la hipótesis predominante para mí, hasta que se demuestre lo contrario mediante la ruptura de máximos históricos. Pero hay que esperar a que madure.

La situación europea ya es mucho peor, no tanto por las pérdidas de ayer, que fueron mínimas, dado que el grueso del descenso en Wall Street se produjo tras el cierre de los mercados europeos, sino por el rápido deterioro de la situación sanitaria ligada al Coronavirus, que llega a golpear índices que ya son mucho más débiles que los de Wall Street.

Las infecciones por covid siguen aumentando en Europa de forma generalizada. La situación parece haberse salido de control también en Alemania e Italia, que hasta hace unos días tranquilizaban a la opinión pública al hablar de una situación bajo control y no comparable a la de España, Francia y Gran Bretaña.

En los últimos días, el crecimiento de las infecciones se ha vuelto exponencial en todas partes y los sistemas de salud comienzan a experimentar dificultades que evocan la situación de la primavera pasada.

Se han alcanzado niveles que pueden desencadenar nuevas restricciones a las actividades sociales, con inevitables graves repercusiones económicas negativas en los sectores ya más afectados por los cierres de primavera.

Anoche Macron, el presidente francés, dictó la línea y, dirigiéndose a la nación, utilizó tonos muy alarmados para anunciar el toque de queda total de las 21 a las 6 de la mañana en París y en otras 8 grandes ciudades francesas.

Es posible que hoy las bolsas de valores europeas se vean afectadas por esta nueva alarma y dramaticen las preocupaciones sobre la salud de los gobernantes europeos incluso con una caída significativa en las listas de precios.

¿Europa liderará el declive y también arrastrará a Wall Street?

Pierluigi Gerbino – Estratega del Instituto Español de la Bolsa


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